sábado. 20.04.2024

En ocasiones, las soluciones a los grandes problemas están mucho más cerca de lo que uno pueda pensar. No es un secreto que la Fórmula 1 actual tiene un problema serio de espectáculo. Desde que Bernie Ecclestone abandonó el timón de este deporte, han sido muchos los intentos de darle una vuelta de tuerca a la reglamentación buscando que el espectáculo y la emoción hagan retornar a los millones de espectadores que abandonaron las retransmisiones televisivas. Hemos hablado muchas veces de este tema y de los denodados esfuerzos de la FIA y de Liberty Media para que la Fórmula 1 no deje de ser la gallina de los huevos de oro que creó el “pequeñín”. Sin embargo, todo el trabajo desarrollado por el equipo que lidera Ross Brawn ha tenido un resultado paupérrimo si se compara con lo que han conseguido las autoridades locales de Estambul asfaltando el trazado del Intercity Istanbul Park tres semanas antes de disputar la carrera de este fin de semana. Los turcos borraron de un plumazo todos los pronósticos de cara a la calificación y la carrera, reventando los portales de apuestas en internet. Y todo esto solo con un asfalto nuevo.

El trazado, estrenado en 2005 por la Fórmula 1 con la firma de Hermann Tilke, ya se caracterizó en los siete años que duró en el calendario por no ser una pista amiga de los pilotos, a pesar de contar con las grandes escapatorias que le gustan al ingeniero alemán. Pero claro, una cosa es contar con una curva como la número ocho con cuatro ápices y un firme que en la primera carrera ya comenzó a ondularse, y otra muy distinta es que unos descerebrados jueguen a las obras públicas con una pista de Fórmula 1, y aporten alquitrán en la última capa como si lo regalaran. Si a eso añadimos que a la FIA se le olvidó comentar a Pirelli el tema del nuevo asfaltado, y que los italianos escogieron los tres compuestos más duros para el trazado turco, la fiesta estaba organizada.

Los libres del viernes fueron lo nunca visto. Era como si los pilotos condujesen sobre hielo a pesar de contar con la pista seca. Pero claro, además del desastre, alguien en el circuito se le olvidó llevar los huevos a Santa Clara, y la fiesta fue redonda, lluvia el sábado y el domingo.

No hace falta ser un seguidor acérrimo de este deporte. Con tan solo haber visto un par de carreras este año, conectarse el sábado y ver que la pole se la ha llevado Lance Stroll hace que uno se plantee si está viendo otra especialidad automovilística. Vamos, algo parecido a lo que fueron las diez primeras vueltas del gran premio con los dos Racing Point encabezando la carrera.

Con ese asfalto y con unas gomas imposibles de meter en temperatura da igual los ingenios que uno lleve en el coche. Si el agua aminora las diferencias entre los equipos y hace que el balance coche – piloto bascule hacia el lado humano, las condiciones que tuvo Turquía este fin de semana mueven aún más ese equilibro hacia los encargados de manejar el volante restando importancia a todos los ingenieros que están tras el muro, pero abre también un poco la puerta a la fortuna.

 

 

Lo vivido en el Intercity Istanbul Park nos ha servido entre otras cosas para saber quien es quien en la Fórmula 1 actual y, sobre todo, para acabar con ciertos mitos que nos han machacado durante estos años de triunfos del binomio Mercedes – Lewis Hamilton. La carrera del británico ayer ha sido simplemente perfecta. Tras haber estado ausente durante todo el fin de semana, incluso durante el primer tercio de la carrera, el de Stevenage dio una lección magistral de lo que es adaptarse a condiciones adversas y labrarse un triunfo que no necesitaba para conseguir su séptima corona mundial, la que le iguala a Michael Schumacher en el olimpo de la Fórmula 1.

Con su compañero Valtteri Bottas fuera de juego a las primeras de cambio, el niño mimado de Ron Dennis no necesitaba ningún alarde para sentenciar el mundial. Ni si quiera necesitaba alcanzar el podio. Pero en su cabeza no había otra opción de coronarse campeón que hacerlo a lo grande. Actuó con inteligencia esperando a que sus rivales fueran apartándose solos y, cuando tuvo la oportunidad alzó su famoso martillo para dar un golpe encima del deslizante asfalto turco y aplastar a los pocos pilotos que aun soñaban con alzarse con la carrera. Justo la misma inteligencia que le faltó a Max Verstappen.

El holandés es para muchos, y me incluyo en el grupo, el heredero del trono que algún día dejará Hamilton. Sin embargo, el hijo de Jos aún no tiene la cabeza bien amueblada. Justo cuando parecía que esos arrebatos de juventud habían pasado y estaban dominados, este fin de semana se ganó todas las papeletas para recibir una charla de Helmut Marko. No pudo ser más que sexto, cuando en la arrancada era el gran favorito a la victoria. Y es que, el holandés, puede dar gracias a los ocho puntos conseguidos porque sus libradas fueron de órdago, una de ellas a más de 250 kilómetros por hora con dos trompos completos y ni si quiera acercarse al muro. Él se llevó esa fortuna que la lluvia ofrece cuando hace acto de presencia. Está claro que Christian Horner y su socio Marko deberán trabajar de lo lindo con la cabecita del holandés.

Algo parecido a lo que el otro pipiolo con futuro de la parrilla cometió a falta de un par de curvas para terminar. A Charles Leclerc le debió parecer poco terminar con su Ferrari en la tercera plaza y se lanzó como un poseso a cazar a Sergio Pérez cuando restaban un par de giros, y el resultado fue acabar cuarto por detrás de su compañero Sebastian Vettel. El alemán vapuleado este año por su equipo, la prensa y los aficionados, justificó sus cuatro mundiales haciéndose con uno de los cajones del podio justo por detrás del volante que manejará el año que viene, el del mexicano Pérez.

En resumen, una carrera de las que hacen afición, y de las que pasará a la historia por la hazaña de Hamilton al igualar al Kaiser y, por tener el que probablemente sea el podio con más mundiales de la historia. Al menos no recuerdo otro que acumulase 11 títulos juntos, tan solo uno con diez con Fernando Alonso, Kimi Raikkonen y Michael Schumacher en Valencia 2012.

Les debería de recomendar que guarden esta carrera en su memoria por los siete mundiales de Hamilton, pero como el británico está empeñado en seguir rompiendo récords, seguro que el año que viene nos deleita con más triunfos para convertirse en el piloto más laureado de la historia. Sé que nunca podremos afirmar si es el mejor, porque para eso tendríamos que tener en la misma parrilla por ejemplo a Hamilton, Schumacher, Prost, Senna, Lauda, Clark, Stewart, Fangio o Moss. ¿Se imaginan? Eso sí, si el británico aún no es el mejor, no es menos cierto que va camino de serlo.

@luismanuelreyes

CLASIFICACION

1.-Lewis Hamilton (Mercedes) 58 - 1:42'19.313 
2.-Sergio Pérez (Racing Point/Mercedes) 58 - 1:42'50.946
3.-Sebastian Vettel (Ferrari) 58 - 1:42'51.273
4.-Charles Leclerc (Ferrari) 58 - 1:42'53.171
5.-Carlos Sainz Jr. (McLaren/Renault) 58 - 1:42'53.676
6.-Max Verstappen (Red Bull/Honda) 58 - 1:43'04.186
7.-Alexander Albon (Red Bull/Honda) 58 - 1:43'05.797
8.-Lando Norris (McLaren/Renault) 58 - 1:43'20.572
9.-Lance Stroll (Racing Point/Mercedes) 58 - 1:43'31.666
10.-Daniel Ricciardo (Renault) 58 - 1:43'54.773
11.-Esteban Ocon (Renault) 57 - 1:42'23.252 - 1 vuelta
12.-Daniil Kvyat (AlphaTauri/Honda) 57 - 1:42'32.202 - 1 vuelta
13.-Pierre Gasly (AlphaTauri/Honda) 57 - 1:42'33.613 - 1 vuelta
14.-Valtteri Bottas (Mercedes) 57 - 1:43'11.527 - 1 vuelta
15.-Kimi Räikkönen (Alfa Romeo/Ferrari) 57 - 1:43'41.668 - 1 vuelta
16.-George Russell (Williams/Mercedes) 57 - 1:43'57.645 - 1 vuelta
17.-Kevin Magnussen (Haas/Ferrari) 55 - 1:41'45.515 - No corre

ABANDONOS
Romain Grosjean (Haas/Ferrari) 49 - 1:31'18.383
Nicholas Latifi (Williams/Mercedes) 39 - 1:15'39.771
Antonio Giovinazzi (Alfa Romeo/Ferrari) 11 - 22'13.153

Coronación en la locura de Estambul