jueves. 25.04.2024

Aquellos que amamos la Fórmula 1 nos pasamos a veces largas temporadas defendiendo el espíritu de este deporte frente a aquellos que lo critican por ser, en ocasiones, excesivamente predecible. Esos momentos coinciden con los ciclos de dominio de un constructor, como es el caso actual de Mercedes. Como si de un cuerpo humano se tratase, la Fórmula 1 cuenta con armas suficientes para defenderse en estas situaciones. La FIA suele ser la encargada de poner orden en la pista y frenar los abusos de poder que los equipos ejercen cuando dan con la tecla correcta y consiguen monoplazas que en manos de buenos pilotos se hacen invencibles. Pero también el azar juega sus cartas en los circuitos de vez en cuando y nos permite disfrutar de carreras antológicas como la de ayer en Monza.

Nunca podemos olvidar que la Fórmula 1 es además de un deporte, un negocio muy lucrativo. Y para que todos lleven parte de su pastel, hay que tener espectáculo, lucha entre los pilotos, polémicas, y sobre todo emoción por la victoria. Pero desde que Niki Lauda convenció a Lewis Hamilton para que se uniese al proyecto de Mercedes, esa variable solo ha existido en ocasiones muy concretas. Por esa razón, la FIA se marcó un “órdago a grande” siendo “postre” eliminando en mitad de temporada los diferentes mapas del motor de combustión con los que los equipos jugaban en las calificaciones para sacar ese plus que los diferenciara del resto. Lo que no sabían los chicos de Jean Todt (Presidente de la FIA) y Ross Brawn (Director deportivo de la Fórmula 1) es que “la mano”, la pareja formada por Toto Wolff y Lewis Hamilton, tenía en su poder todos los “gochos” de la baraja.

La prohibición de la utilización de esas diferentes configuraciones en el propulsor de explosión, el famoso “party mode”, ha abierto más si cabe la diferencia entre Mercedes y el resto. De hecho, al británico le hubiera servido el tiempo de la Q1 para hacer la pole en la Q3, algo inaudito. Y de ello se jactó Wolff este fin de semana al afirmar que ya no lo habían utilizado en dos de las últimas tres carreras en vista de que la FIA había anunciado su intención de eliminarlo. Parece mentira que a Todt y a Brawn les haya salido el tiro por la culata cuando ellos fueron los artífices del dominio aplastante de Ferrari a principios de este siglo.

Por lo tanto, con todo lo visto el sábado teníamos varias cosas claras. Mercedes iba a llevarse la carrera de paseo, los Red Bull no habían presentado un monoplaza en Monza para pelear por la victoria al primar el trazado italiano la alta carga aerodinámica que define a los Red Bull, Ferrari por su parte ni estaba ni se le esperaba, y mientras tanto Carlos Sainz y McLaren eran los candidatos claros a ocupar el tercer cajón del podio. Pero ese azar que mencionábamos al inicio, y que aparece de pascuas a ramos en los circuitos, iba a dar al traste con todas las apuestas hechas en el templo de la velocidad.

No quiero pensar lo que se pagaba en las casas de apuestas la victoria de Pierre Gasly antes de que los semáforos rojos se apagasen, pero creo que de haber apostado alguien por él con una suma notoria, hasta abrían anulado la apuesta por sospechas de amaño. Nadie en el paddock, ni su propio jefe Franz Tost, podía esperar el desenlace que tuvo la octava cita del mundial. Y eso que había precedentes del milagro. Hace doce años un imberbe Sebastian Vettel se llevaba el triunfo en esta pista con un Toro Rosso, anterior nombre del equipo de Faenza heredero de Minardi. Eso sí, en un fin de semana loco con la lluvia.

Tuvo que haber un inexplicable “safety car” propiciado por la rotura del Hass de Kevin Magnussen junto a la entrada a boxes y, sobre todo, por el exceso de celo de Michael Masi, el hombre que ejerce de director de carrera desde la desaparición de Charlie Whiting en la primera carrera de la temporada pasada en Australia, para que la carrera italiana se volviese loca. Con el Hass apartado del asfalto, Masi no solo decidió sacar el coche de seguridad, sino que cerró el acceso a boxes, algo poco habitual en la Fórmula 1, y en ese momento en Mercedes demostraron que son humanos y permitieron que su estrella entrase a cambiar los neumáticos.

A partir de ahí una locura que puso en cabeza a aquellos pilotos que no habían entrado aún al pit lane como era el caso de Lance Stroll, o a aquellos que ya habían pasado por boxes a hacer el pertinente cambio de gomas, como era el caso de Gasly. Y, por si fuera poco, una salida fuerte de Charles Leclerc hacía ondear la bandera roja con parada en el pit y juegos de gomas frescos para todos, lo que daba galones a todos los que se encontraban encabezando el gran premio sabiendo que eran en ese momento solo figurantes del pelotón.

De nada sirvieron ya las remontadas que se marcaron Hamilton en la parte final del pelotón y Sainz en la parte media para dar al traste con el sueño del galo. Este acabó con una sequía de 24 años de ver un francés en lo más alto del podio, ¿lo recuerdan? Olivier Panis con Ligier en aquel Mónaco de 1996 que nadie quería ganar. Y así, mientras el británico alcanzó la séptima plaza estando incluso a punto de alcanzar a su compañero Valtteri Bottas, el madrileño consiguió su mejor resultado en carrera con un sabor amargo por haber estado tan cerca de la victoria.

No podemos decir que Sainz no haya estado a la altura por no poder superar a Gasly con un Alpha Tauri cuando el hijo del bicampeón contaba en Monza con un monoplaza para estar sin problemas en el top 5. El galo se defendió con uñas y dientes, y al español le faltaron un par de vueltas para terminar su acoso al desterrado de Red Bull. Por cierto, ayer me hubiera gustado charlar con Helmut Marko para conocer su opinión sobre la hazaña de Gasly. Y es que desde que el austriaco le bajó del asiento del Red Bull, el francés lleva una segunda posición en Brasil y la victoria de ayer en Italia con el segundo equipo de la bebida energética. Desde luego méritos suficientes para volver a ser compañero de Max Verstappen.

@luismanuelreyes

 

CLASIFICACION
1.-Pierre Gasly (AlphaTauri/Honda) 53 - 1:47'06.056 
2.-Carlos Sainz Jr. (McLaren/Renault) 53 - 1:47'06.471
3.-Lance Stroll (Racing Point/Mercedes) 53 - 1:47'09.414
4.-Lando Norris (McLaren/Renault) 53 - 1:47'12.056
5.-Valtteri Bottas (Mercedes) 53 - 1:47'13.164
6.-Daniel Ricciardo (Renault) 53 - 1:47'14.447
7.-Lewis Hamilton (Mercedes) 53 - 1:47'23.301
8.-Esteban Ocon (Renault) 53 - 1:47'24.747
9.-Daniil Kvyat (AlphaTauri/Honda) 53 - 1:47'28.264
10.-Sergio Pérez (Racing Point/Mercedes) 53 - 1:47'29.280
11.-Nicholas Latifi (Williams/Mercedes) 53 - 1:47'38.932
12.-Romain Grosjean (Haas/Ferrari) 53 - 1:47'41.220
13.-Kimi Räikkönen (Alfa Romeo/Ferrari) 53 - 1:47'42.368
14.-George Russell (Williams/Mercedes) 53 - 1:47'42.649
15.-Alexander Albon (Red Bull/Honda) 53 - 1:47'43.589
16.-Antonio Giovinazzi (Alfa Romeo/Ferrari) 53 - 1:48'01.255

ABANDONOS
     Max Verstappen (Red Bull/Honda) 30 - 1:14'59.415
     Charles Leclerc (Ferrari) 23 - 35'27.678
     Kevin Magnussen (Haas/Ferrari) 17 - 25'15.852
     Sebastian Vettel (Ferrari) 6 - 9'48.850

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