Accidentes

Alarma por el aumento de accidentes de tráfico

Según el profesor Luis Montoro, Presidente de la Fundación Española para la Seguridad Vial (FESVIAL) y Catedrático de Seguridad Vial, el incremento de los accidentes de tráfico mortales en los últimos cuatro años, y en este verano, hacen necesario actuaciones urgentes por parte de las administraciones.

Ante los datos concretos de accidentes de julio y agosto de 2018, presentados por la DGT, FESVIAL expresa su preocupación por el incremento del 15% de los fallecidos en las carreteras españolas, en las que han muerto 259 personas, 34 más que el verano pasado.

A ello se une el hecho de que en lo que va de año, las víctimas mortales de accidentes de tráfico en España -solo en las carreteras interurbanas y a 24 horas- han llegado a 799, un 3% más que el año pasado en estas mismas fechas.

Las causas de esta situación son variadas y complejas, por lo que se requiere que además de que se investiguen los principales motivos de los accidentes, se tengan en cuenta, entre otras, medidas y consideraciones como las siguientes:  

  • Es preciso abordar de manera urgente y prioritaria la prevención de los accidentes de tráfico, sobre todo por parte de las administraciones, con medidas concretas; o los siniestros viales podrían incrementarse de manera alarmante en los próximos tiempos.
  • Hay que incidir en políticas y estrategias bien definidas e investigadas, enfocadas de manera especial en los aspectos preventivos y no sólo en el ámbito de la sanción y el control policial; y aplicarlas de manera inmediata
  • Es urgente prestar una especial atención a los grandes factores de riesgo implicados en los accidentes de tráfico y sus consecuencias: distracciones (particularmente por uso del teléfono móvil), velocidad, alcohol, drogas, cinturón, casco y sistemas de retención infantiles.
  • Las sanciones y detracción de puntos por estas (y algunas otras infracciones) deberían incrementarse de manera importante, acorde con la gravedad que tienen, el riesgo que significan y el número de accidentes con víctimas que provocan.
  • En el caso concreto de la velocidad, es imprescindible aumentar el número de radares. España es uno de los países de Europa que menos controla la velocidad: tenemos 27 radares fijos por millón de habitantes, cuando la media europea está en 73.
  • Dado el grave problema que hay en las carreteras secundarias (76% de los muertos), debería modificarse el Reglamento General de Circulación para reducir de 100 Km/h a 90 Km/h la velocidad en estas vías, como ocurre en la mayoría de los países de la U.E.
  • En relación con el control de las infracciones y todas las labores de ayuda, orientación, organización, etc... la plantilla actual de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil (8.600 agentes), es insuficiente y debería aumentarse hasta, por lo menos, 12.000 efectivos.
  • Definir de manera clara y concisa las políticas de educación vial. Los programas actuales se imparten de forma desordenada, muchas veces por personas no preparadas para ello, sin contenidos básicos bien definidos ni una planificación reglada y definida.
  • Se debe hacer una total remodelación del obsoleto sistema de formación de conductores para obtener el permiso de conducir, con programas muy planificados, reglados y obligatorios para la parte teórico práctica, como ocurre en más del 70% de los países europeos.
  • Las campañas de tráfico están en unos niveles preocupantes. Hay que potenciar fuertemente estas campañas divulgativas de la seguridad vial, como se hizo con resultados constatados en los años noventa.
  • El permiso por puntos, que ha tenido un éxito evidente, tiene que evolucionar, en especial con aquellos conductores que son multirreincidentes por alcohol, drogas o graves conductas de riesgo, diagnosticándolos y apartándolos de la conducción hasta que no estén “rehabilitados”.
  • Modificación del Código Penal en materia de delitos de tráfico, que también ha servido años atrás para reducir de manera importante las cifras de accidentalidad. Precisamente por ello, es necesario actualizarlo a las circunstancias actuales, para que junto con el ajuste del permiso por puntos, sea mucho más efectivo.
  • Es preciso realizar acciones directas y urgentes (actualmente casi inexistentes) con los grandes grupos de riesgo: peatones, ciclistas, personas mayores, motoristas.
  • A estas habría que añadir otras medidas relacionadas con los vehículos, que en España tienen una preocupante vejez, y acciones respecto de las vías, especialmente en lo referido al mantenimiento y la señalización de las carreteras convencionales.
  • Finalmente, es importante evaluar y rediseñar el Plan Estratégico de la Dirección General de Tráfico, implicando más a técnicos especialistas, asociaciones o empresas; y contando, en mayor medida, con la implicación de las administraciones nacionales, autonómicas y locales.