Bola extra
Recuerdo con nostalgia mis tiempos de juventud allá por los ochenta cuando nuestra principal fuente de ocio era jugar eternas partidas al pinball, en nuestro caso en el Carlinos en Avilés. En aquel petaco solo había un objetivo claro, durar a los mandos más que tus amigos, y ello pasaba por conseguir bola extra que te permitiera volver a tirar del percutor para iniciar un nuevo juego. Ahora que las luces se han apagado en Abu Dhabi, podemos decir que esa meta que nos movía en los ochenta es la misma con la que podemos definir la temporada de Fórmula 1 que hay tocó a su fin, la de la bola extra.
A principios de marzo, cuando todo iba a tomar forma en Bahréin la mayoría teníamos algunas cosas muy claras en la cabeza, como que por segunda vez Max Verstappen y su Red Bull eran los máximos favoritos al triunfo. Sin embargo, nadie era capaz de definir quienes serían los aspirantes a pelear con la gente de Christian Horner. La temporada nos tenía reservadas sorpresas que sin duda rompieron cualquier pronóstico que uno pudiera haber hecho en las casas de apuestas en aquel mes de marzo.
No nos puede cegar la pasión del forofismo, y si hay que destacar un hito por encima del resto esta temporada nos tenemos que quedar con los números que ha firmado Max Verstappen y el RB19 diseñado por Adrian Newey. El neerlandés y el británico son los verdaderos héroes de esta septuagésima cuarta temporada. Su dominio insultante y el hecho de tener ahora temporadas tan largas han catapultado al hijo de Jos a los guarismos de los cracks de este deporte.
El mundial de Fórmula 1 ha pasado de los siete u ocho grandes premios de la década de los 50, a los 15 o 16 a los que se llegó en los 70, y a los 20 o 22 que hemos tenido en estos últimos diez años. En 2023, a pesar de haberse caído dos citas durante la temporada, se han disputado veintidós carreras, y para el año que viene volvemos a las veinticuatro citas en el calendario. Con esta locura de mundial, y un coche y un piloto dominador capaz de cerrar diecinueve veces el primer cajón del podio, todo lo vivido hasta ahora se quedará pequeño si nadie frena al neerlandés.
Sirva un ejemplo. Max atesora tres mundiales por los dos que tiene en su casillero Fernando Alonso. Sin embargo, el asturiano ha obtenido 32 victorias en 20 temporadas por las 34 que ha obtenido Verstappen en los dos últimos ejercicios para un total de 54 triunfos. La diferencia, contar con un monoplaza dominador en grado superlativo en una temporada maratoniana.
Teniendo en cuenta que los inviernos en la Fórmula 1 son cada vez más cortos, y que la pretemporada se ha reducido a unas jornadas de test justo antes de la primera carrera en el mismo circuito de Sakhir, nada hace sospechar que empecemos 2024 con un panorama muy distinto al actual. Los milagros como los que experimentaron este año McLaren a mitad de temporada, o Aston Martin en el descanso invernal ni son habituales ni fáciles de repetir. Por eso creemos firmemente que la progresión de Verstappen en las tablas de estadística de la historia de este deporte no ha acabado, y aun le restan unos años de pulverizar récords, y que acabará por sumarse al olimpo en el que aun reinan Michael Schumacher y Lewis Hamilton.
Precisamente ese milagro de Aston Martin en el invierno es para mi el segundo hecho de relevancia en la temporada que acabamos de terminar. Tras diecinueve temporadas en la Fórmula 1 con dos parones, uno primero por su juventud como probador en Renault, y el segundo de dos años quizás por el cansancio y el hastío que le provocó la mala experiencia de su segundo paso por McLaren, nadie podía pensar aquel cinco de marzo, antes de empezar la primera carrera, que Alonso iba a devolver a los aficionados esa bola extra que necesitaban para salir de las cavernas, y volver a poblar los chigres los domingos.
Quiero pensar que en el resto de países ocurre lo mismo, pero en España no hay duda que la mayoría de aficionados siguen los llamados deportes minoritarios, o sea, todos menos el futbol, cuando un paisano logra éxitos y realiza proezas. Y en esto de la Fórmula 1, en dos décadas la fórmula uno pasó de que solo la siguiéramos cuatro frikis, a que todo el país cambiase sus hábitos alimenticios para atrasar o adelantar la comida del domingo en función a que hubiera carrera o no.
Por eso, cuando Alonso se subió al podio en Bahréin parecía que todo había vuelto a principios de este siglo cuando el monoplaza azul y amarillo de Renault levantaba de sus asientos a una afición necesitada de héroes. Dos décadas más tarde, esos aficionados que cariñosamente califico como “ultras de chigre” han vuelto a disfrutar de un deporte que había pasado a mejor vida en la península a pesar de contar con un madrileño en Ferrari, sin duda motivado también por el hecho de que las retransmisión de las carreras ahora sea de pago.
El asturiano había caldeado el ambiente sus dos temporadas en Alpine, no olviden el famoso Plan, pero los galos no le proporcionaron un monoplaza acorde a sus necesidades. Y es que, en este deporte por muy bueno que seas, si no cuentas con una mecánica top no eres nadie. Esa lección la conocía muy bien Lawrence Stroll, un empresario canadiense que cuando llegó a Force India en 2018 para refundarla como Racing Point, y más tarde en 2021 como Aston Martin, sabía que sin un equipo técnico que elaborase un monoplaza ganador no había proyecto, y que ese desarrollo debía ir parejo a una estrella al volante.
El canadiense consiguió primero lo segundo, la estrella. Sebastian Vettel llegó a Silverstone demasiado pronto, cuando aun no había un monoplaza para pelear por los podios, de hecho, solo se llevó uno en Baku. Tras su retirada, Stroll padre mantuvo la estrella en plantilla con la llegada de Alonso, pero para entonces el equipo de ingenieros ya había mejorado notablemente. La llegada de Dan Fallows desde Red Bull, donde fue la mano derecha de Newey, ofrecía unas garantías que se materializaron a partir de Bahréin. Ahora, veintidós carreras más tarde los de verde se han llevado un quinto puesto en el mundial de constructores que sabe a poco si se compara con el cuarto puesto final de Alonso en el de pilotos.
Tan solo han progresado dos puestos desde el séptimo en el que finalizaron en 2022, pero todos saben, hasta el mismo Lawrence, que de no haber estado su hijo en el garaje de al lado del asturiano, ese quinto puesto podía haber sido perfectamente un cuarto por detrás de los tres grandes.
Y por detrás de la dictadura de Red Bull y el milagro de Aston Martin nos quedamos con detalles que tampoco debemos olvidar. Por un lado, el lento despertar de Mercedes tras un 2022 para olvidar recuperando el segundo puesto tras los de la bebida energética, eso sí, tras tener que abandonar el erróneo concepto de monoplaza sin pontones que tanto ha lastrado el desarrollo en esta nueva era con efecto suelo. También el milagro que comentábamos al inicio de McLaren, que pasó a mitad de temporada de los últimos puestos de la parrilla a ser unos habituales del podio con una dupla de pilotos que por su edad están llamados a hacer cosas grandes en este deporte. Y, por último, no podemos dejar de un lado la progresión de Williams, que han pasado de ser décimos a punto de desaparecer a haber terminado séptimos, y eso que de los veintiocho puntos que lograron solo uno lo firmó Logan Sargeant. Si primero fue George Russell el que los despertó de la hibernación, ahora es Alex Albon el que se empeña en devolver a esta escudería a la época dorada que vivió en los ochenta y los noventa de la mano del desaparecido Frank.
Ahora relájense y descansen durante estos tres meses que no tendremos carreras. La cita es el dos de marzo en Sakhir, y por primera vez con los mismos pilotos en los mismos equipos. Si le unimos que no habrá nueva normativa más que los cambios que se proyectan para la carrera al sprint que podría pasar a ser con formación inversa, se nos antoja que volveremos a sufrir o disfrutar una nueva dictadura de Red Bull. Mientras tanto, disfruten de la bola extra que les ofrecen Alonso y Aston Martin para disfrutar un año más de este deporte que tanto amamos.
@luismanuelreyes
CLASIFICACION
1.-Max Verstappen (Red Bull Racing) 58 - 1:27'02.624
2.-Charles Leclerc (Ferrari) 58 - 1:27'20.617
3.-George Russell (Mercedes) 58 - 1:27'22.952
4.-Sergio Pérez (Red Bull Racing) 58 - 1:27'24.077
5.-Lando Norris (McLaren) 58 - 1:27'26.908
6.-Oscar Piastri (McLaren) 58 - 1:27'34.111
7.-Fernando Alonso (Aston Martin) 58 - 1:27'42.136
8.-Yuki Tsunoda (AlphaTauri) 58 - 1:27'45.712
9.-Lewis Hamilton (Mercedes) 58 - 1:27'47.048
10.-Lance Stroll (Aston Martin) 58 - 1:27'58.256
11.-Daniel Ricciardo (AlphaTauri) 58 - 1:27'58.853
12.-Esteban Ocon (Alpine) 58 - 1:28'08.997
13.-Pierre Gasly (Alpine) 58 - 1:28'12.984
14.-Alexander Albon (Williams) 58 - 1:28'15.808
15.-Nico Hülkenberg (Haas) 58 - 1:28'26.320
16.-Logan Sargeant (Williams) 58 - 1:28'30.415
17.-Zhou Guanyu (Alfa Romeo) 58 - 1:28'32.046
18.-Carlos Sainz (Ferrari) 57 - 1:26'50.923 - Motor
19.-Valtteri Bottas (Alfa Romeo) 57 - 1:27'15.035 - 1 vuelta
20.-Kevin Magnussen (Haas) 57 - 1:27'17.500 - 1 vuelta