Citroën rescata la furgoneta Dyane 6 del abuelo Gabriel
Más allá de modelos emblemáticos hay una historia.
Citroën cumple 100 años. Y, más allá de modelos emblemáticos e hitos comerciales, detrás de cada uno de los más de 50 millones de Citroën que han recorrido y recorren nuestras ciudades y carreteras, hay una historia: la de las personas que los conducen o que han viajado a bordo. Hoy, nos detenemos en una de ellas: la del abuelo Gabriel y la “Cirila”, que acumula cuatro décadas de duro trabajo en tierras manchegas, además de mostrar prestaciones “off-road” dignas de un SUV contemporáneo y una polivalencia que le permitió compaginar roles muy diversos: vehículo agrícola, como lo soñó Pierre Boulanger, automóvil familiar e, incluso, un precursor de los actuales “camper”.
Juan Mata estaba cumpliendo el Servicio Militar Obligatorio cuando su padre, Gabriel Mata, decidió adquirir su ya mítica furgoneta Citroën Dyane 6 400. Satisfecho con el resultado del Citroën AK 400 que usaba desde hacía unos años, el abuelo Gabriel buscaba un vehículo más potente para cubrir necesidades muy diversas. “Aproveché la mili para sacarme el permiso de conducir, por lo que ‘La Cirila’ fue el primer vehículo civil que manejé. Se puede decir que aprendí a conducir con ella”, afirma Juan Mata.
La furgoneta fue acumulando años de servicio leal e intachable, transportando hasta 70 capazos de uvas tras la vendimia, acarreando sacos de cebada o trasladando hasta 8 jornaleros sin inmutarse. Su bajo peso y sus ruedas estrechas le permitían salir airosa de los temibles caminos embarrados e, incluso, rescatar el vehículo de algún vecino con menos suerte.
Sin embargo, el verano de 1981 fue protagonista de un viaje que ha alcanzado la categoría de mito en la historia de la familia Mata: las primeras vacaciones en Alicante. “Era la primera vez que íbamos a ver el mar. Fue toda una aventura, pero ‘La Cirila’ aguantó perfectamente los 330 Km de viaje entre Manzanares (Ciudad Real) y Alicante, cargada con cuatro personas y todo tipo de equipaje. Incluso llevamos una mesa y unas sillas plegables para desayunar cuando paramos en La Roda, y para almorzar en Almansa. Tardamos ocho horas en un trayecto que, actualmente, se hace en menos de la mitad de tiempo”. Durante esas vacaciones, el Dyane 6 400 no se privó de hacer kilómetros, ya que también visitaron Benidorm y Alcoy.
Con el fallecimiento del abuelo Gabriel en 2006 y la adquisición de un nuevo vehículo familiar, esta vez un Citroën C4, la vieja “Cirila” dejó de salir a trabajar los campos y se guardó en un garaje, a salvo de la intemperie. Tras tantos años parada ya no funcionaba y la tapicería y los acabados reflejaban años de uso intensivo. Sin embargo, los recuerdos que despertaba esta furgoneta eran demasiado fuertes para llevarla al desguace así, sin más. Ahora, para celebrar el centenario de la marca, Citroën España y Talleres Alcántara Alsanco, el mismo concesionario del que salió esta intrépida furgoneta Dyane 6 400, unen sus fuerzas para devolverla a sus mejores años, dispuesta a repetir la Odisea de los Mata hacia la costa. Esta vez por autovía y en tres horas y media.
“La restauración de esta furgoneta no ha sido un encargo más: ha requerido dar lo mejor de nosotrxs mismxs. Este proyecto ha necesitado la participación de casi todas las áreas de la empresa: chapa, pintura, mecánica… Lo hemos vivido como el mejor homenaje a las relaciones que se han ido creando desde la apertura de este concesionario, que son capaces de pasar de generación en generación. No hay que olvidar que fue mi padre el que vendió la Dyane 6 400 a Gabriel Mata, el padre de su actual propietario”, asegura Pedro Alcántara Sánchez Carrerero, Gerente de Talleres Alcántara Alsanco.
Dar una segunda vida a “La Cirila” no ha sido tarea fácil, pese a que el Citroën Dyane 6 400 “era el vehículo de trabajo más duro y más resistente de su época”, en palabras de Pedro Antonio Callejas, Jefe de Posventa de Talleres Alcántara Alsanco. “La hemos desmontado desde el principio hasta el final para dejarla como el día que se compró. Ha sido un trabajo muy especial, para todxs. A mí me ha hecho revivir mi juventud, cuando empezaba a trabajar en este oficio y a todxs esa especial unión que se produce entre las personas, su Citroën y el Servicio Posventa”, ha añadido. Ha sido un viaje por el tiempo y la historia que ha marcado a todxs los que se han embarcado en él.