¡¡Dejad de inventar!!
Hace 72 años que unos locos del volante sentaron las bases de la Fórmula 1 con la disputa del Gran Premio de Gran Bretaña. Allí donde todo empezó, ha hecho por fin historia Carlos Sainz al ganar su primer Gran Premio. Ha tenido que ser en la cuna del motorsport donde el madrileño ha roto con esa racha de 150 participaciones sin victoria que ya lo encumbraban entre los seis primeros de esta perversa estadística. Podríamos hablar de los 3.339 días que han pasado desde que escuchamos el himno español por última vez en un Gran Premio, Montmeló en 2013, con Fernando Alonso, también en Ferrari, en lo más alto del podio, de que es el segundo español que logra alcanzar un triunfo tras el asturiano, o que se convierte en el piloto 112 que alcanza las mieles del triunfo en la categoría reina. Pero todo esto son estadísticas, y aunque nos apasiona revisarlas y estudiarlas, lo cierto es que no solo de ellas se vive en el paddock.
Lo decíamos después del Gran Premio de Canadá, sin errores ni problemas de Max Verstappen y Charles Leclerc, es prácticamente imposible que Carlos Sainz gane una carrera este año. Pues nada, llega la siguiente cita y el madrileño nos tumba las estadísticas, aunque sin embargo no nuestro vaticinio. Si en el Gilles Villeneuve el hijo del bicampeón firmó un fin de semana redondo, en Silverstone volvió a repetir el trabajo perfecto, pero en el trazado inglés los máximos favoritos al triunfo al final de temporada fallaron.
¿Tenemos que restar méritos a Sainz entonces? Por su puesto que no. En este deporte no solo ganan los más rápidos. Lo hacen también quienes cometen menos errores o tienen menos problemas, y los dos gallos que luchan por el mundial no estuvieron exentos ni de unos y ni de otros, ni el sábado ni el domingo. Los trompos el sábado, la pieza de fibra que se comió el holandés ayer, o la mala estrategia de Ferrari con el monegasco ayudaron sin duda a la consecución del español en su primer triunfo, pero también él tuvo mucha culpa en esta soñada victoria.
Para mi la clave de su victoria no fue la perfecta vuelta que firmó el sábado bajo la lluvia, ni si quiera la brillante defensa que hizo en la rearrancada tras la bandera roja por el dantesco accidente de Guanyu Zhou. Sainz fraguó su victoria en la desobediencia hacia sus jefes. Tras el safety car que generó Esteban Ocon, y tras liarla desde el muro, los de Maranello, al no haber metido al pit lane al líder de la carrera, Riccardo Adami, su ingeniero de pista, le pidió por radio que dejara el máximo de espacio que permite la reglamentación entre su compañero y él antes de que se marchase el safety car para tratar que Lewis Hamilton lo tuviera más difícil para llegar hasta el monegasco. Pues Sainz, ni corto ni perezoso les dijo que no, que “dejaran de inventar”, que no aguantarían. Y el madrileño no se equivocó ni un ápice.
No es la primera vez que vemos a Sainz llevar la contraria a su muro y acertar con la estrategia. Lo hizo en Hungría 2021 eligiendo un overcut frente al undercut que le pedían por radio, y lo hizo este año en Mónaco cuando prefirió estirar los neumáticos de agua extrema para poder pasar directamente a los de seco. En las tres ocasiones, con la de ayer, el madrileño estaba acertado, así que al menos ya sabe que cuando tenga que colgar los guantes tendrá un asiento en el muro de la Scuderia.
No es habitual ver esas situaciones de rebeldía en la parrilla, y mucho menos que el piloto esté en el camino correcto frente al que trazan decenas de ingenieros con ordenadores al otro lado de la radio, pero en el madrileño esto se está convirtiendo en una costumbre. Bien es cierto que hablamos de Ferrari, y no precisamente de la gran Ferrari de la que disfrutamos hace dos décadas. Y cierto es también que esto se lo hemos visto a dos grandes como Fernando Alonso y Lewis Hamilton, pero también a ambos los hemos visto fallar.
No cabe duda que Sainz no cuenta con ese pilotaje extra que tiene Verstappen, y que aún conservan el asturiano y el de Stevenage, pero si cuenta con ciertas dotes que escasean en la parrilla, la regularidad y la visión de la carrera. Y se preguntarán, ¿es esto suficiente para pelear por un mundial? Desde luego no cuando tienes en frente un crack como el holandés subido a un monoplaza de primer orden como es el Red Bull, pero si lo es para proporcionar alegrías a la afición como la de ayer en Silverstone.
No me cabe ninguna duda que ésta no será la última victoria de Sainz en la Fórmula 1. Su padre lo explicaba ayer con su propia experiencia, y lo que significó su victoria en el Acrópolis del 90. Aquel histórico triunfo supuso un antes y un después en su trayectoria en el mundial de rallyes, y estamos seguros que Silverstone será algo parecido en la carrera de su hijo. Seguro que no le permitirá ganar un mundial, sería poco honesto hacer soñar a la afición con ello, pero le permitirá alcanzar más victorias en este deporte.
Por cierto, por si estuvieran poco emocionantes las carreras este año, parece que se han unido por fin los chicos de Mercedes. Aunque George Russell truncó aquí su racha de acabar entre los cinco primeros por el incidente de la salida, a Hamilton lo vimos como en sus mejores tiempos. De hecho, de no ser por el safety car no hubiera sido raro verlo alzarse con la victoria y romper ese empate de ocho triunfos en el mismo circuito que tiene con Michael Schumacher. Eso sí, el de Mercedes tendrá una segunda oportunidad en Budapest con el Hungaroring, donde también atesora ocho entorchados.
Por cierto, lo de Russell tratando de ayudar en la extracción de Zhou a costa de perder sus opciones de continuar en carrera hubiera merecido un poco de permisividad por parte de los comisarios. El británico saltó de su monoplaza para correr toda la escapatoria hasta subirse a las ruedas por las que había volado el chino para ayudar a los comisarios de pista. Sin embargo, al volver a su monoplaza no le permitieron continuar hasta el pit lane para reparar su coche. Por mucho que las reglas estén para cumplirse, acciones como las de Russell ayer deben hacernos recordar que también existe el compañerismo en un deporte en el que tu primer rival es tu compañero de equipo. Con las diferencias lógicas, nos viene a la memoria la acción de Ayrton Senna en Blanchimont en los entrenos de Spa del 92 salvando la vida de Erik Comas tras bajarse el McLaren para auxiliar al galo y apagarle el motor, tras haber chocado a 300 kilómetros por hora y quedar inconsciente con el pedal del acelerador pisado.
Diez carreras ha necesitado Mercedes para darle la vuelta a la tortilla y volver a pelear por una victoria desde que el heptacampeón perdió el título en Abu Dabi. Mucho para un equipo que lleva desde 2014 arrasando en los circuitos de todo el mundo, y muy poco para el resto de la parrilla que sabe lo difícil que es restar una décima a tus rivales. La maquinaria de la firma de la estrella parece que empieza a estar engrasada otra vez y aunque llegan tarde para luchar por el mundial con Verstappen, aún pueden dar mucha guerra este año.
@luismanuelreyes
CLASIFICACION
1.-Carlos Sainz (Ferrari) 52 - 1:21'20.440
2.-Sergio Pérez (Red Bull Racing) 52 - 1:21'24.219
3.-Lewis Hamilton (Mercedes) 52 - 1:21'26.665
4.-Charles Leclerc (Ferrari) 52 - 1:21'28.986
5.-Fernando Alonso (Alpine) 52 - 1:21'30.011
6.-Lando Norris (McLaren) 52 - 1:21'32.383
7.-Max Verstappen (Red Bull Racing) 52 - 1:21'39.217
8.-Mick Schumacher (Haas) 52 - 1:21'39.435
9.-Sebastian Vettel (Aston Martin) 52 - 1:21'42.796
10.-Kevin Magnussen (Haas) 52 - 1:21'45.030
11.-Lance Stroll (Aston Martin) 52 - 1:21'46.587
12.-Nicholas Latifi (Williams) 52 - 1:21'52.951
13.-Daniel Ricciardo (McLaren) 52 - 1:21'53.257
14.-Yuki Tsunoda (AlphaTauri) 52 - 1:22'01.350
RETIRADOS
Esteban Ocon (Alpine) 37
Pierre Gasly (AlphaTauri) 26
Valtteri Bottas (Alfa Romeo) 20
George Russell (Mercedes) 0
Zhou Guanyu (Alfa Romeo) 0
Alexander Albon (Williams) 0