Domadores de dunas
Ya hemos llegado. Desde hace varios meses todas las miradas están puestas en este reino de dunas. Hace tres años, los competidores del Dakar pudieron saborear brevemente el Empty Quarter, con una incursión dentro del perímetro geográfico de la meta del día. En esta edición, se ha programado una auténtica estancia de cuatro días, empezando por una aclimatación a la superación de dunas de 114 kilómetros, compuestos casi exclusivamente por toboganes. Tras un largo enlace para acceder a este lugar remoto, cerca de la frontera con los Emiratos Árabes Unidos, uno de los especialistas de este terreno ondulado ha sabido sacar partido a su jornada en motos: Ross Branch, conocido también como el “Ferrari del Kalahari”. Se adjudica el mejor tiempo, mientras que Sébastien Loeb se impone en coches, como suele suceder cuando no comete ningún error en la especial.
LO ESENCIAL
El dominio de las dunas del Dakar es un asunto para equilibristas. El ejercicio requiere una agilidad fuera de serie, una técnica que se va perfeccionando a lo largo de años de conducción por arenas movedizas. Nada reemplaza la experiencia a la hora de destacar en la superación de dunas. Es lo que ha permitido a Ross Branch imponerse en la etapa de Shaybah. El botsuano se entrena durante todo el año en el desierto del Kalahari, sobre el que también tiene costumbre de volar como piloto de aerolínea. Podríamos decir que el fichaje de Hero MotoSports es de altos vuelos. La pena ha sido la falta de regularidad, aunque rubrica hoy su segunda victoria de especial del año, mientras que otro maestro de las dunas, Adrien Van Beveren, consigue el segundo mejor tiempo, a 21 segundos, y permanece cuarto en la general. El piloto galo ha perfeccionado su conducción en las playas de Le Touquet, mientras que Michael Docherty , una de las grandes sensaciones de este Dakar, parece haber aplicado al dedillo las lecciones aprendidas en su campamento base en los Emiratos Árabes, como demuestra su tercera posición.
La jornada ha resultado beneficiosa también para las grandes estrellas del Dakar, puesto que dos antiguos ganadores, Kevin Benavides y Toby Price, rodean ahora a Skyler Howes en el podio provisional, aún muy reñido, con 2'10'' de retraso para el australiano frente a su amigo y rival argentino. El Hunter número 201 también ha realizado una gran demostración de la ciencia del pilotaje. Sébastien Loeb conseguía así recuperar casi seis minutos frente al rey del desierto (véase la cifra del día). Sin embargo, Nasser Al Attiyah aún no tiembla. Las gotas de sudor en su frente al salir del Hilux tenían solo que ver con el aumento tan esperado de las temperaturas. Al conseguir hoy en esta entrada en el Empty Quarter el cuarto mejor tiempo, el qatarí se beneficiará de una posición favorable en la etapa maratón, además de verse acompañado por dos compañeros de equipo, el brasileño Lucas Moraes y el saudí Yazeed Al Rajhi. En T3, Guillaume de Mevius sigue a la cabeza, delante de Austin Jones. Sin embargo, la etapa del día le ha permitido a Seth Quintero mejorar sus estadísticas, sumando, al igual que Loeb, su 20ª victoria de etapa en un Dakar. Detrás, Ignacio Casale (2º) y Hélder Rodrigues (3º) nunca habían destacado tanto en la categoría. Gerard Farrés, por su parte, pese a estar acostumbrado a puestos de honor en la categoría SSV, no había saboreado aún la victoria este año. Asunto resuelto para el catalán, que sube al podio provisional y se prepara, tal vez, para colarse en la pugna entre los jóvenes Rokas Baciuska y Eryk Goczał, en lo más alto. La configuración ha cambiado en camiones, al retirarse Ales Loprais, tras verse implicado en un accidente la víspera que se saldaba con el fallecimiento de un espectador italiano. Janus van Kasteren hereda la posición de líder en la general, mientras que el antiguo motorista Pascal de Baar consigue que se imponga por primera vez un camión Renault en la clasificación de una etapa del Dakar (estadísticas desde 1999).
LA ACTUACIÓN DEL DÍA
Michael Docherty se daba a conocer en 2022 al ganar las dos primeras jornadas del Abu Dhabi Desert Challenge delante de todo el plantel del W2RC, antes de tener que abandonar al día siguiente por una caída. Ausente el resto de la temporada, el sudafricano participa este año en su primer Dakar en el seno de HT Rally Raid Husqvarna Racing, equipo satélite de la marca de Mattighofen. El antiguo piloto de motocross que se curtió en los circuitos europeos y estadounidenses antes de conseguir tres títulos en los Emiratos Árabes Unidos, donde reside actualmente, gana hoy su tercera etapa en Rally2. Además, se convierte en el primer piloto de Rally2 que sube al podio de una especial en este Dakar, a 30 segundos de Branch y a 9 segundos de Van Beveren. El sudafricano, 19º en la general y 4º en Rally2, va alternando etapas buenas con excepcionales. En los próximos días, jugará en casa y podría dar de qué hablar. Sin embargo, su compañero de equipo Romain Dumontier, vigente subcampeón tras Mason Klein en Rally2, parece cómodamente instalado en lo más alto de su categoría. El francés logra hoy el 11º tiempo delante de Sanders. Juega en su favor su velocidad, pero también su regularidad. El tipo de fiabilidad que podría convertir a Docherty en una de las grandes promesas.
UN DURO REVÉS
Vaidotas Zala, piloto veterano, sabe que el Dakar puede mostrar clemencia un día y ser despiadado al siguiente. Tras una entrada en materia de cuchillos afilados, el antiguo representante de Mini lograba encontrar la clave para destacar al volante de su Hunter. Entre la quinta etapa y la de hoy, Zala, con Paulo Fiuza a su vera, figuraba siempre entre los diez primeros. Es más, el dúo acarició la victoria en dos ocasiones, como ayer en la etapa 9, en la que finalizaban a menos de un minuto de Sébastien Lobe. El lituano contribuía incluso al primer triplete de la historia de Prodrive. Todo parecía ir bien, cuando hoy en el kilómetro 44 el vehículo ha sufrido un problema mecánico que les ha hecho perder 4 horas antes de reanudar la carrera. Aunque todo parezca ir sobre ruedas, en el Dakar se puede pinchar en cualquier momento…
LA CIFRA DEL DÍA: 20
En su primera participación en el Dakar en 2016, al volante de un Peugeot que regresaba con bombo y platillo al Dakar, Sébastien Loeb se hacía con cuatro victorias de etapa, en gran parte por las pistas argentinas más acordes a su talento de corredor de rally. Desde entonces, el francés ha cambiado de vehículo, de copiloto y posiblemente incluso de visión de la carrera y sobre todo de su gestión… Ha logrado clasificarse en dos ocasiones segundo en el Dakar, sin dejar de coleccionar especiales. Su perfeccionamiento en la disciplina le permite ahora imponerse en todos los terrenos, independientemente de las dificultades de navegación o de las diferentes exigencias que se planteen. Por lo tanto, resulta más que simbólico asistir a la 20ª victoria de tapa del piloto de BRX, precisamente hoy en la entrada en el Empty Qarter, con más de 100 kilómetros de dunas que superar y encima abriendo pista. Parece que la lección ya está aprendida.
W2RC: DARLE LA VUELTA AL RELOJ DE ARENA
Al Attiyah y Loeb, tanto el uno como el otro, saben que el recuento de puntos al término de la primera ronda del campeonato se llevará a cabo dentro de cuatro días. El francés confía en que el qatarí cometa, tal vez, algún error, pero de forma sensata prosigue con sus esfuerzos, como ha hecho hoy para adjudicarse su cuarta etapa, una más que su rival directo. Se trata de otra forma de garantizar el futuro de la temporada en curso. Loeb, virtualmente segundo provisional en el campeonato, sabe que, si se mantiene la situación actual, Al Attiyah sumará 10 puntos más por la victoria (50 para el primero y 40 para el segundo). Para colmar la diferencia, el francés parte a la caza y captura de los primeros puestos de especial. Si mantiene el ritmo actual, puede que haga mucho más que equilibrar la balanza. Nunca se sabe…
CON SABOR A CLASSIC
Ante un océano de arena, el Dakar Classic ha proseguido por su propio camino al final de la etapa hacia un vivac cerca de Haradh en el que la caravana se prepara para instalarse sin asistencia en un campamento específico. En las tiendas nómadas, los competidores podrán adaptar el ritmo de su noche a la del desierto. Mientras el Dakar se prepara para su primera inmersión en el Empty Quarter, en su cuarta edición en Arabia Suadí, surgen los recuerdos del cuarto París-Dakar, justo antes del gran salto hacia lo desconocido. En Níger, en la novena etapa del París-Dakar de 1983, la carrera se enfrentaba a las primeras dunas de verdad de su historia en el “desierto de todos los desiertos”. Al levantarse una tormenta de arena en el Teneré, la caravana se dispersaba y algunos se perdían durante más de 72 horas. Una etapa que entraría a formar parte de la leyenda y una semilla que quedaría plantada en la mente de todos los que la siguieron a distancia en aquel momento… y que este año disputan el Dakar Classic.