Sato y los motores Honda se hacen con el triunfo en Indy 500
Takuma Sato subió a lo más alto del podio el pasado domingo en el Indianápolis Motor Speedway, ganando la 104ª edición de las 500 Millas de Indianápolis convirtiéndose en el vigésimo piloto en capturar "The Greatest Spectacle in Racing" al menos dos veces.
El japonés Sato, ganó la carrera, bajo bandera amarilla con el Panasonic / PeopleReady Honda del equipo Rahal Letterman Lanigan Racing cuando Spencer Pigot se estrelló en la curva 4 en la vuelta 195. Sato también ganó la carrera en 2017, con Andretti Autosport.
Sato comentó. “HPD y Honda nos dieron mucha potencia, mucho consumo de combustible, y los chicos ... se sacrificaron mucho. No puedo agradecer lo suficiente a toda la gente”.
Scott Dixon terminó segundo con el nº. 9 PNC Bank Chip Ganassi Racing Honda a pesar de liderar 111 vueltas. Dixon, ha sido cinco veces campeón de la NTT Indycar Sewries y ganador de las 500 Millas de Indianápolis en 2008.
Graham Rahal terminó tercero con el nº. 15 United Rentals Honda. Santino Ferrucci completó los pilotos Honda en las cuatro primeras posiciones finales al ubicarse cuarto en el nº. 18 SealMaster Honda.
El dos veces campeón de la serie, Josef Newgarden, completó los cinco primeros y fue el mejor finalista con motor Chevrolet en el nº. 1 Shell V-Power Nitro Team Penske Chevrolet.
Pato O’Ward fue el novato mejor clasificado, terminando sexto en el Chevrolet nº. 5 Arrow McLaren SP.
Sato y Dixon estaban inmersos en un emocionante duelo cuando Pigot se estrelló fuertemente en la curva 4 al final de la vuelta 195 cuando los líderes habían comenzado la vuelta 196, girando y haciendo contacto con la barrera de seguridad en el exterior y luego chocando contra la barrera protectora de neumáticos en la cabeza de la pared que separa la pista de los boxes originando la bandera amarilla que se mantuvo hasta que los participantes completaron las vueltas que restaban detrás del coche de seguridad.
Para los intereses españoles, en manos de Fernando Alonso y Alex Palou, eran inicialmente muy esperanzadores, finalmente resultaron un fracaso total, puesto que por parte de Palou, que llegó a ocupar la novena plaza con muchas opciones de alcanzar un buen resultado, se acabaron al chocar en la segunda mitad de la carrera contra el muro, y por parte de Alonso, fue remontando varias posiciones pero en ningún momento parecía que tuviera opciones que se diluyeron con los problemas en el McLaren con motor Chevrolet.