Sentimientos enfrentados
Haber superado los 50 años te permite ver Imola de una forma muy diferente a la que pueden percibir los jóvenes aficionados que son ya mayoría en la nueva Fórmula 1 gobernada por las redes sociales. Lo que hoy es la Emilia Romagna, y que todos conocimos como el Gran Premio de San Marino, un invento de Bernie Ecclestone para tener contentos a los italianos y que pudieran tener dos grandes premios con este a 20 kilómetros de Faenza y a 70 de Maranello, es un circuito que no deja indiferente a nadie y que saca lo mejor y lo peor de nuestra memoria.
Para los que tuvimos, o seguimos teniendo, a Ayrton Senna como nuestro ídolo, la pista italiana es la “maldita Imola” y la “maldita Tamburello”. Allí se apagó el uno de mayo de 1994 la vida del que para muchos ha sido el mejor piloto que ha tenido este deporte. Este fin de semana, en el 30 aniversario de su muerte, el gran premio ha girado entorno a su figura y su legado, con infinidad de homenajes y gestos de los que ha sobresalido el organizado por Sebastian Vettel con el resto de la parrilla a sus órdenes, y con las vueltas que dio al trazado italiano con el McLaren MP4/8 que el brasileño utilizó en su última temporada con los de Woking en el Gran Premio de Brasil del 93. La joya, pertenece al garaje particular del tetracampeón mundial, al igual que un Williams FW14B de los que usó Nigel Mansell en su título del 92.
Pero, con todo lo que odiemos la pista italiana por las muertes de Roland Ratzenberger y Ayrton Senna en aquel desgraciado fin de semana, no podemos más que aplaudir la decisión de sus gestores de añadir grava y zonas de puzolana a los exteriores de sus curvas por mucho que pilotos como Checo Pérez hayan cargado contra el trazado este fin de semana porque es una pista donde casi no se puede adelantar. Y es algo que, siendo cierto, no debe arruinar un circuito donde las opciones de podio el domingo se ganan el sábado haciendo una buena calificación, algo que él no supo hacer con su fabuloso RB20, y que también lastró el fin de semana mágico que esperan los seguidores de Fernando Alonso tras el anuncio de mejoras de los de Silverstone por su accidente en los libres 3.
Como primera carrera en Europa todos los equipos de la parrilla anunciaron a bombo y platillo nuevas mejoras en sus monoplazas, y como al cocer, todo mengua, porque tus mejoras dejan de serlo cuando tus rivales mejoran las mismas décimas de segundo por vuelta que tú, o incluso reducen una o dos más que lo que han trabajado tus ingenieros en el túnel de viento y en el CFD. Con todo esto, y a pesar de que todos mejoraron, ahora sabemos que McLaren está aún más cerca de Red Bull, que También Ferrari va acortando su diferencia, aunque más lentamente, y que ni los Mercedes ni los Aston Martin tienen perspectivas a corto plazo para poder pelear por los podios, al menos en carreras sin elementos extraños como lluvia, accidentes o averías.
A corto plazo habrá que seguir muy de cerca las evoluciones de los de Woking. Sus jóvenes pilotos son los que tienen la mejor arma para asaltar Milton Keynes y acabar con la dictadura del neerlandés. Por el momento ya se han merendado al mexicano, pero el siguiente en la lista es harina de otro costal. Lo de Max Verstappen es para estudiar en el colegio. No solo ha llegado a esto con una edad insultante y se ha convertido en el hombre a batir por la máquina que conduce y por su talento, es que además es el piloto más friki de la parrilla. No contento con su fin de semana en Imola, se pasó la noche del sábado compitiendo en las 24 horas virtuales de Nurburgring con su simulador montado en la habitación de su hotel, y haciendo uno de los tres relevos de su equipo, obviamente el de la noche porque de día debía subirse al Red Bull. Pues bien, ganó ambas carreras. Sin duda su novia Kelly Piquet tiene que estar encantada con las horas libres que tiene el neerlandés.
Con todo esto, Max sabe que este año no va a ser como el pasado. Su final de carrera agónico con Lando Norris pisándole los talones en Imola es una prueba de que, como ya anunciamos en anteriores billetes, cualquier contratiempo que tenga este año le va a suponer pegarse de frente con los McLaren o los Ferrari. Ya no hay el margen estratosférico con el que contaba el año pasado donde podía permitirse el lujo de hacer un pit stop gratis al final de la carrera para buscar la vuelta rápida. Con esto, los que más ganan son los aficionados, porque tras una carrera “aburrida” para algunos en sus primeras 50 vueltas, tuvimos luego una persecución de Norris sobre Verstappen que levantó a más de uno de su siesta de domingo.
Pero la llegada del gran circo a Europa no solo nos ha traído los horarios convencionales de carrera en el domingo, también ha traído al paddock los grandes motorhomes, o más bien palacios rodantes que en esta ocasión han tenido más usos que los habituales de servir de casa a los miembros de cada equipo, y de ser utilizados para agasajar y premiar a patrocinadores y colaboradores. Estos reciben como premio a sus cuantiosas aportaciones monetarias un fin de semana de lujo con la posibilidad de sentarse a la mesa con miembros del equipo, y compartir con ellos un plato de pasta de concurso en la casa de Maranello, la afamada bollería con la que se desayuna en el edificio de los de Milton Keynes, o una buena pieza de carne de las que sirven los de Woking. Servidor, que ha disfrutado de esos privilegios, les puede garantizar que, en esos edificios, para un auténtico aficionado a este deporte, hasta las viandas se disfrutan más que en una estrella Michelin por el ambiente que también se saborea en ellas.
Pues bien, en este fin de semana de carrera esos motorhomes también se han utilizado para continuar con las reuniones secretas, o no tan secretas, entre pilotos, representantes y jefes de equipo de cara a liar más si cabe la loca “silly season” que incendió Lewis Hamilton a principios de temporada con su trasvase a Ferrari. Las visitas más sonadas han sido las de Valtteri Bottas a Williams para reunirse con James Vowles, y las de la “troupe” de Carlos Sainz, su cuñado Carlos Oñoro y su padre el bicampeón, en Alpine y en Red Bull.
La del finlandés en casa de los de Grove tiene más que sentido una vez que parece claro que ha perdido su asiento en Sauber con el fichaje de Nico Hulkenberg y el cortejo que los de Audi, quien absorberá al equipo de Hinwil, están haciendo con el madrileño. A pesar de su imagen cuanto menos extraña, el finlandés sabe lo que es ganar carreras, y sería el complemento perfecto en Williams al recientemente renovado Alex Albon, con lo que Vowles se quedaría con su llegada con una formación equilibrada y solida en la que no se dependa de los pilotos para saber qué camino debe tomar el departamento de ingeniería en sus evoluciones.
Sin embargo, lo del madrileño en Alpine suena más a chiste que a algo serio. Es cierto que ante su situación de piloto en paro de cara a 2025 debe escrutar todas las opciones, pero el equipo galo es probablemente el menos apetecible de la parrilla después de toda la involución que ha sufrido en los últimos años con continuos cambios en su staff directivo, y aún sin un verdadero capitán al frente que gobierne la nave con la que Renault quiere recuperar los éxitos del pasado.
Mucho más sentido tendría la visita a los de la bebida energética, tanto en el caso de que al Max Verstappen diese el salto a Brackley, como que el mexicano tuviese que volverse rumbo a Guadalajara. La primera opción parece que pierde algo de fuelle o al menos es como si se hubiese puesto en cuarentena por el propio neerlandés. Por mucho que se empeñen en afirmar que en Mercedes no hay prisa por firmar al segundo piloto para el año que viene, lo que realmente quiere Toto Wolff es no pegarse un tiro en el pie firmando con Carlos Sainz o encomendándose a su proyecto de futuro Kimi Antonelli, y que luego hubiese opciones de hacerse con la joya de la corona sin posibilidad de ofrecerle un asiento.
Por eso es el hijo de Jos el que tiene la llave para desbloquear lo que nos queda de “silly season”. Tras él, los que decidirán son Horner y el propio Wolff de cara al segundo asiento, para el que tiene todas las papeletas compradas el madrileño. ¿Problema? Que para irse a Woking lo normal es que solo le ofrezcan un año para curarse en salud por si Antonelli de verdad cumple con las expectativas que se han depositado en él, y en Red Bull si retienen al tricampeón mundial son capaces de hacer la vista gorda y mantener al mexicano por mucho que todos pensemos que no merece el honor de sentarse en el RB20.
Estos movimientos serán claves para que el resto de equipos deshojen sus margaritas y aclaren de una vez la parrilla de 2025. Mientras tanto, y tras un año en el que empezaron la temporada los mismos que la acabaron, parece más que clara la entrada de varias jóvenes promesas con lo que más de uno deberá poner rumbo a categorías secundarias como la resistencia o la Indy. La entrada de Lian Lawson en RB, o la de Oliver Bearman en Hass, parecen más que hechas, mientras que la de Jack Doohan en Alpine es posible, pero está menos madurada, y la de Kimi Antonelli en Williams o en la propia Mercedes es la que menos papeletas tiene de salir, al menos de cara a 2025, y si con más opciones de viabilidad para 2026 o 2027. Con todo esto estaríamos hablando de entre dos y cuatro nuevos pilotos, algunos de ellos con alguna carrera ya a sus espaldas, y con bastantes kilómetros de pista en equipos de la parrilla actual. Algo novedoso después del invierno conservador que hemos tenido, y que ayuda poco al tirón que necesita la F2 para considerarse la cantera de la F1. De las cuatro promesas mencionadas tan solo dos militan este año en ella, Antonelli que es sexto, y Bearman que ocupa la vigésima plaza con un fin de semana menos por la sustitución que tuvo que hacer en Ferrari por Sainz. Doohan fue tercero en 2023 con Bearman sexto, y Lawson fue también tercero en 2022 con Doohan sexto. Vamos que, si acabar la F2 entre los cinco primeros no te garantiza un asiento en la categoría reina al año siguiente, ¿qué sentido tiene entonces pelear en ella? Sin duda antes había otros premios. Sin ir más lejos, George Russell fue campeón de la GP3 y de la F2 en el año de su debut en cada una, y al año siguiente estaba subido a un Williams.
Pero dejemos el futuro a largo plazo y centrémonos en lo que nos llega este fin de semana, la mítica pista de Mónaco donde todo se iguala, y más si al final aparece la lluvia que está pronosticada para el sábado a la hora de la clasificación. Y en un circuito en el que al igual que en Imola el sábado manda mucho, podría traernos una carrera loca con pilotos fuera de su posición natural, así que ya saben, a sentarse delante del televisor y a disfrutar.
@luismanuelreyes
1.-Max Verstappen (Red Bull/Honda RBPT) 63 - 1:25'25.252
2.-Lando Norris (McLaren/Mercede) 63 - 1:25'25.977
3.-Charles Leclerc (Ferrari) 63 - 1:25'33.168
4.-Oscar Piastri (McLaren/Mercedes) 63 - 1:25'39.384
5.-Carlos Sainz (Ferrari) 63- 1:25'47.577
6.-Lewis Hamilton (Mercedes) 63 - 1:26'00.356
7.-George Russell (Mercedes) 63 - 1:26'12.406
8.-Sergio Pérez (Red Bull/Honda RBPT) 63 - 1:26'20.028
9.-Lance Stroll (Aston Martin/Mercedes) 63 - 1:26'44.808
10.-Yuki Tsunoda (RB/Honda RBPT) 62 - 1:25'43.108 - 1 vuelta /17.856
11.-Nico Hülkenberg (Haas/Ferrari) 62 - 1:25'50.529 - 1 vuelta /25.277
12.-Kevin Magnussen (Haas/Ferrari) 62 - 1:25'51.686 - 1 vuelta /26.434
13.-Daniel Ricciardo (RB/Honda RBPT) 62 - 1:25'52.913 - 1 vuelta /27.661
14.-Esteban Ocon (Alpine/Renault) 62 - 1:26'09.159 - 1 vuelta /43.907
15.-Zhou Guanyu (Kick Sauber/Ferrari) 62 - 1:26'10.185 - 1 vuelta /44.933
16.-Pierre Gasly (Alpine/Renault) 62 - 1:26'14.967 - 1 vuelta /49.715
17.-Logan Sargeant (Williams/Mercedes) 62 - 1:26'16.303 - 1 vuelta /51.051
18.-Valtteri Bottas (Kick Sauber/Ferrari) 62 - 1:26'21.595 - 1 vuelta /56.343
19.-Fernando Alonso (Aston Martin/Mercedes) 62 - 1:26'40.376 - 1 vuelta /1'15.124
Alexander Albon (Williams/Mercedes) 51 - 1:13'07.729 - Retirado