Walter Rohrl al volante del Porsche 953
El 953 del Museo Porsche se encuentra hoy muy lejos de su hábitat natural, rodeado de altas cumbres y de nieve hasta donde alcanza la vista. Desarrollado en 1984 para competir en el exigente Rallye París-Dakar, se diseñó teniendo en cuenta las temperaturas extremas y los terrenos desérticos del continente africano. Nunca antes un Porsche se había enfrentado a unas condiciones tan duras.
Su carrocería pertenece a un 911 G y su motor bóxer de seis cilindros y 3.2 litros es prácticamente el de serie, aunque con una compresión reducida para poder "digerir" mejor el combustible de mala calidad que, hace décadas, era habitual al otro lado del estrecho. Los cambios importantes frente a cualquier otro nueveonce de su generación tienen que ver con la motricidad, gracias a sistemas como el de tracción total que envía el 69% de la fuerza al eje trasero y el 31% restante al eje anterior, y al bloqueo de diferencial central