jueves. 28.03.2024

Hace 25 años se lanzó al mercado la primera versión Audi RS: el Audi RS 2 Avant, que marcó el comienzo de una historia de éxito. Por su proximidad a la competición y su exclusividad, las versiones Audi RS siempre han creado una fascinación especial. Hasta la fecha, Audi Sport GmbH, anteriormente quattro GmbH, ha presentado un total de 25 modelos RS. En 2019 tienen lugar otros seis lanzamientos, de los que dos corresponden a modelos RS completamente nuevos.

Las versiones RS son la punta de lanza de sus respectivas líneas de producto. Representan rendimiento, prestigio y exclusividad en el límite de lo técnicamente factible, sin perder la funcionalidad cotidiana. Muchos de ellos son pioneros en sus segmentos de mercado y crean tendencia en innovaciones técnicas, como el Audi RS 4 Avant, con su extraordinario V6 biturbo hace 19 años; o el TT RS, con la última evolución de su varias veces galardonado y potente motor de cinco cilindros en línea.

DEL RS 2 AVANT AL RS 4 CABRIO

Las versiones RS llevan un cuarto de siglo causando sensación. Cinco hitos merecen una mención especial.

En 1994, el Audi RS 2 Avant con su motor de cinco cilindros de 315 CV y cuatro válvulas por cilindro, que ya se había utilizado en numerosos modelos, escribió el primer capítulo de la historia RS. Con este modelo, la empresa creó el segmento de los familiares dinámicos de altas prestaciones. La tracción quattro con su diferencial central autoblocante, que ha demostrado su eficacia en circuitos y rallys, permitía trasladar eficazmente la potencia a la carretera.

En 1999, el Audi RS 4 Avant, basado en el S4 de la época, introdujo una nueva dimensión en su segmento en términos de potencia. Bajo el capó, un V6 biturbo con una cilindrada de 2,7 litros y cinco válvulas por cilindro, como en el S4. Para el RS 4, los ingenieros de la entonces quattro GmbH desarrollaron aún más esta unidad de potencia de cara a elevar su rendimiento y generar un par todavía mayor. En colaboración con Cosworth Technology, se desarrolló la culata, y se revisaron los conductos de admisión y de escape, ampliando su sección transversal. Además, los turbocompresores eran más grandes y la presión de sobrealimentación aumentó en comparación con el S4. Como resultado, el motor del RS 4 desarrollaba una potencia máxima de 380 CV en lugar de 265 CV.

La segunda generación del RS 4 se presentó en 2005. Numerosas innovaciones, muchas de ellas procedentes de la competición, caracterizaban a este modelo. Entre ellas destaca el motor V8 de 420 CV. Era la primera vez que un fabricante implementaba la combinación de inyección directa de gasolina con un concepto de motor de altas revoluciones, capaz de girar  hasta 8.250 rpm. El bloque de inyección directa de gasolina permitió incrementar la potencia gracias a una mezcla más efectiva de combustible y aire. En el Audi R8 LMP, que alcanzó el éxito en las 24 Horas de Le Mans, la tecnología FSI ya había demostrado su rendimiento de una forma impresionante. En 2007, este motor también se utilizó en la primera generación del Audi R8. Estaba dotado de la última evolución de tracción integral permanente y del sistema de amortiguación Dynamic Ride Control, que se estrenó por primera vez en el RS 6, en 2002. Con su distribución asimétrica del par, 40% delante y 60% detrás, la perfeccionada tracción quattro con diferencial central autoblocante garantizaba un agarre óptimo. El primer y, hasta la fecha, único RS 4 Cabrio, proporcionaba placer de conducción a cielo abierto con la música de fondo del sonoro motor V8 atmosférico.

En 2008 llegó el RS 6 Avant, un deportivo en forma de discreto familiar. Con un motor V10 biturbo completamente nuevo, con inyección directa FSI, lubricación por cárter seco (como en competición) y con la tracción total permanente quattro, el RS 6 Avant superaba a su competencia. Con la impresionante potencia del V10 de 580 CV y 650 Nm de par, el RS 6 Avant se convertía el Audi de serie más potente hasta ese momento. El bloque de este V10 se fabricaba mediante un proceso de fundición a baja presión por gravedad, con una aleación de aluminio de alta tecnología que combinaba un bajo peso con una alta resistencia. Los cilindros no estaban cubiertos con camisas, lo que contribuía a que el peso de todo el motor fuera de tan sólo 278 kg. Al mismo tiempo, para satisfacer las exigencias más duras de la dinámica del vehículo, el circuito de lubricación incluía un cárter seco, técnica desarrollada y probada en competición. El depósito de aceite externo y el módulo de la bomba de aceite, que funcionaba con varias etapas de succión, aseguraban que todos los componentes del motor y los dos turbocompresores estuvieran lubricados constantemente. Hoy en día, esta tecnología de alto rendimiento se utiliza en el Audi R8.

En 2011, el RS 3 Sportback de 340 CV, con motor de cinco cilindros, llevó la filosofía de RS a la clase compacta. Dos años después, en 2013, el RS Q3 la extendió a otro segmento de mercado, convirtiéndose así en el primer SUV compacto de altas prestaciones. La propulsión corría a cargo del motor de cinco cilindros de 2,5 litros instalado transversalmente, tal y como se utiliza en el TT RS y en el RS 3. Se trata de un motor muy compacto: menos de 50 cm de longitud. Con una carrera larga era ideal para ubicarlo transversalmente. Inicialmente generaba 310 CV y, desde finales de 2014, aumentó a 340 CV. El rendimiento del RS Q3 que siguió en 2016 llegó incluso a 367 CV.

 

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