viernes. 19.04.2024

Repavimentar la mitad de la red de carreteras de nuestro país permitiría ahorrar 1.600.000 toneladas de CO2 al año, lo mismo que emite todo el tráfico de la ciudad de Madrid durante 8 meses.

Esta es la principal conclusión del estudio “Análisis de la relación entre el estado de conservación del pavimento, el consumo de combustible y las emisiones de los vehículos”, realizado por   la Asociación Española   de la Carretera (AEC)   con la colaboración de la Plataforma “Ponle Freno”, del Grupo de Comunicación Atresmedia, y Mercedes Benz.

En dicho estudio se ha cuantificado, mediante pruebas reales, la diferencia de emisiones de un vehículo ligero y otro pesado circulando por una carretera en mal estado y, posteriormente, transitando por la misma vía tras ser repavimentada.

Los ensayos, llevados a cabo en un tramo de 46 kilómetros de longitud, confirman que, en el caso del vehículo ligero, las emisiones de CO2 disminuyen una media del 3,5% al circular por un asfalto bien conservado, llegando al 4% de reducción para el vehículo pesado.

Si el pavimento presenta un deterioro estructural importante (grietas en las rodadas, baches, deformaciones, agrietamiento grueso, desintegraciones graves…), los vehículos ligeros llegan a emitir hasta un 9% más de CO2 (un 6% los pesados). Si el deterioro es superficial (agrietamiento fino, desintegraciones ligeras, descarnaduras, exudaciones…), las emisiones se incrementan un 5% y un 4% para cada tipo de vehículo.

La Asociación Española de la Carretera, en su última auditoría del estado de conservación de las infraestructuras viarias del país (2018), estimaba que unos 53.500 kilómetros de carreteras en España (el 53% del total) presentan deterioros estructurales y superficiales importantes en el pavimento. Acometer la repavimentación de estas vías durante los próximos 10 años (lo que exigiría una inversión de 330 millones de euros anuales) reduciría las emisiones de CO2 un 6%, el equivalente a lo que absorberían 120 estadios de fútbol llenos de pinos durante una década.

A mayor deterioro, más consumo de combustible

Una carretera mal conservada es, además, una carretera en la que se dispara el consumo de combustible.

l estudio de la AEC “Análisis de la relación entre el estado de conservación del pavimento, el consumo de combustible y las emisiones de los vehículos” –cuyos resultados se presentan en el marco de la Cumbre del Clima de Madrid COP25- cifra en cerca de 600 millones los litros que cada año se consumen de más como consecuencia del deterioro del asfalto.

Y eso no es todo. Circular por una carretera en mal estado también compromete la seguridad, desgasta los neumáticos (del entorno del 3% más los ligeros, y el 2% los pesados) y puede provocar otros daños en el vehículo.

Por todo ello, desde la Asociación Española de la Carretera se hace un llamamiento a la necesidad y la urgencia de actuar en la mejora de la red viaria. De lo contrario, los objetivos climáticos a los que se ha comprometido el Gobierno, que pasan por reducir las emisiones del transporte un 32% hasta 2030, serán papel mojado.

Circular por una carretera en mal estado incrementa un 6% las emisiones de CO2