Pocas cosas quedaban en el aire para derimir en el Rallye de Japón, última cita del WRC 2023, tan solo el subcampeonato de pilotos que fue parar a manos de Evans, merced a su victoria y, el trofeo Challenger, con victoria para el polaco Kajetanowicz, que pudieron sobrevivir a un montón de problemas e incidencias debido a las adversas condiciones climáticas.
LA SELECCIÓN…
Las fuertes lluvias fueron las verdaderas protagonistas de la cita japonesa, que dejaron las estrechas carreteras de la region de Aichi, convertidas en una trampa de la que muy pocos pudieron librarse.
Con las imágenes de la pasada edición donde Sordo, asistía impávido a la destrucción del i20 Rally1 a causa del fuego que nadie fue capaz de apagar, el cántabro confirmaba en la prueba mas emblemática del rallye, Isegami’s Tunel, que el rallye de Japón no va pasar a la historia como una de sus preferidos ya que, muy cerca del incendio del año pasado, el español hacia un recto y se marchaba directamente por un terraplén, acabando su periplo “off road” contra un árbol, cuyo golpe afectaba a la jaula y le apeaba definitivamente de la prueba.
Esta prueba, temida por todos, no sólo se cebaba con Sordo ya que, poco antes, Katsuta también se salía y rompía el radiador, aunque una reparación casera de urgencia le permitía llegar al parque de trabajo y evitaba el abandono ante los suyos.
El Yaris de Ogier también mostraba las duras señales de una feroz batalla contra un árbol, aunque la peor parte se la llevaba Fourmaux que se caía por el mismo terraplén que Sordo y golpeaba los bajos contra unas piedras que dejaban tocada la estructura del Puma y tampoco se podía reenganchar al Super Rally.
En este punto, Evans se hacía con el liderato de la prueba, una posición que ya no abandonó hasta el final del rallye, a pesar de los tenues intentos del último ganador de la prueba, el belga Neuville que poco más iba durar.
MAS CALOR…
Las increíbles imágenes de los Rally1, con los parabrisas totalmente empañados, dejan mucho que desear sobre el desempeño de las marcas, en la preparación de las pruebas, así que siguiendo por el mismo camino, Neuville, tan solo 100 metros después de tomar la salida, se iba recto contra un árbol y ahí finalizaba su asedio al subcampeonato.
No era de extrañar por tanto que los Rally2, se colaran a posiciones privilegio, como es el caso de Mikkelssen que se instalaba cuarto de la general o Gryazim que llegó a estar sexto.
Evans se consolidaba cada vez mas líder y Ogier era penalizado por entrar tarde a un control, aún así se instalaba segundo ante un muy conservador Kalle Rovanpera, un muy advertido y recién renovado Lappi, con ordenes concretas del “sano y salvo” o los perennes problemas de Tanak con el híbrido.
LA NIEVE SE SUMA…
Si los problemas de toda índole eran incontables, para la última etapa se sumaba la nieve que ponía su granito de incertidumbre para todos, sobre lo que podría suceder en la jornada defintiva y donde otra vez Katsuta, pagaba su osadía de una sobredimensionada motivación, yéndose fuera de la carretera, aunque sin más susto que la pérdida de tiempo, lo mismo que Tanak.
Se llegaba así a la deseada Power Stage que cerraba el rallye y el campeonato, con Thierry Neuville sumando los máximos puntos, delante de un Tanak que respiraba tranquilo con su famosa frase de “aquí estamos que ya es mucho”.
LOS GRANDES PEQUEÑOS…
La categoría Challenger, creada este año, para pilotos y copilotos que no contaran en su palmares con ningún titulo WRC, se decidía entre el polaco Kajetanowizc y el ruso Nikolay Gryazim.
Finalmente el título iba para manos del polaco, al que le llegaba con finalizar entre los tres primeros mientras, el noruego Andreas Mikkessen se llevó la victoria por más de un minuto sobre Gryazim que finalizó segundo. El noruego ya se había proclamado campeón en Alemania y conseguía, aquí en Japón, su cuarto triunfo de la temporada... Mikkelsen se hizo con el título del WRC2 hace quince días, en el Rallye de Europa Central, y su triunfo aquí en Japón fue el cuarto de la temporada.
Texto: Luis Eiriz