Sébastien Ogier comienza el Rallye de Turquía sabiendo que repetir su victoria de hace 12 meses sería un paso importante en su búsqueda por recuperar el Campeonato del Mundo de Rallyes de la FIA.
El certamen se está convirtiendo en otro emocionante final con solo tres pruebas de una temporada acortada por el Covid. Como tantas veces anteriormente, el seis veces campeón está tomando las decisiones en lo más alto de la clasificación.
Tiene 9 puntos de ventaja sobre su compañero de equipo en el Toyota Yaris, Elfyn Evans, con Ott Tänak, el hombre que puso fin a la racha ganadora del título de Ogier la temporada pasada, cuatro más atrás en tercer lugar. El trío ha puesto luz entre ellos y sus rivales, cada uno con una victoria hasta la fecha este año.
Turquía presenta algunos de los terrenos más difíciles del campeonato. Las pruebas de velocidad en montaña son complicadas y técnicas, las carreteras de tierra rocosas plantean grandes exigencias a los componentes mecánicos que trabajan duro y el calor es intenso.
El Yaris no ha estado en su mejor momento en la carrera con sede en Marmaris que se disputó la temporada pasada, pero tras unos test celebrados en carreteras similares en Grecia aumentó la confianza, y Ogier cree que el fabricante japonés ha avanzado.
"Repetir el resultado del año pasado esta vez no va a ser fácil. Es un rallye difícil para todos, pero para nosotros abrir la carretera será especialmente desafiante, estoy seguro", explicó el francés, cuya victoria en 2019 llegó con un Citroën C3.
"Hicimos algunas pruebas muy buenas recientemente para prepararnos para el evento, y creo que definitivamente hemos hecho algunas mejoras y algunos pasos hacia adelante con el coche".
