Cuando todo parecía que la cita japonesa sería un baño de multitudes para el equipo campeón del mundo, ahí aparecieron los Hyundai i20, que les aguaron totalmente la fiesta, consiguiendo un doblete en campo rival con un pletórico Neuville y un intermitente Ott Tanak, mientras la de arena vino de la mano de Dani Sordo que acabó con el coche destruido por el fuego.
AICHI Y EL TOYOTA STADIUM…
Después de 10 años sin estar en la élite, el Rallye de Japón presentaba al mundo una nueva cara, con base en el Toyota Stadium de Aichi y con 38 equipos en la salida, para disputar 17 complicadísimos tramos cronometrados que dictaron una vertiginosa sentencia en favor de Hyundai.
Mascarilla, solo dos zonas de espectadores en todo el rallye, precios desorbitados para acceder a dichas zonas, nada de mascotas ni tabaco, distancia social de dos metros y nada de acudir en coche a los tramos tan solo en los autobuses de la organización… esas eran unas absurdas normas que no fueron suficientes para que un espectador entrara con su coche al tramo, impactando contra un participante, iniciándose una investigación que seguramente no tendrá mayor repercusión que una sanción por parte de la FIA…
NEUVILLE NO TUVO PIEDAD…
Si bien se puede decir que el belga fue el único exento de problemas, lo cierto es que,el Hyundai se ha portado de maravilla, hablando de Neuville claro, porque Sordo se ha visto en una rocambolesca historia en la que el Hyundai quedó reducido a un amasijo de hierros nada más tomar la salida, cuando inexplicablemente y sin saber demasiado bien las cusas, empezaba a arder.
Con el tramo cancelado por el incendio, Ogier se alzaba con el liderato, pero solo un tramo después pinchaba y se hundía en la general al dejarse casi tres minutos en el cambio de gomas.
Rovanpera también pinchaba y además sufría una salida de carretera que dañaba las suspensiones dejando el Yaris muy mermado, momento que aprovechaba Evans para auparse al liderato, sobre todo al aprovecharse del abandono de Breen, por salida de carretera, que también obligó a cancelar el último tramo de la primera etapa, cuando el Puma arrancaba las protecciones de la carretera.
EVANS EL PUPAS…
Así las cosas, el rallye se convertía en una lucha sin cuartel entre Neuville y Evans, dado que Tanak tampoco tenía un fin de semana muy fino a raíz de los continuos problemas con las transmisiones.
La pelea duró hasta cerca del final y el resultado fue exactamente el mismo de muchos rallyes anteriores, cuando la presión superaba al británico que tenía un toque y pinchaba una rueda en el incidente, lo que le envió de golpe a la quinta posición, cuando se econtraba Neuville a menos de un segundo.
Con el camino despejado, Tanak no tuvo problemas para auparse al segundo lugar, lo que permitó a un motivado Katsuta completar el podio por delante de Ogier y Evans, siendo el reenganchado Breen, el vencedor de la Power Stage.
DRAMA EN WRC2…
Si bien la noticia realmente importante de esta categoría era el debut mundial del nuevo Toyota Yaris Rally2 que, de la mano de Kankkunen y Makinen, se mostraba en tramo, como exhibición, dado que el coche aún esta sin homologar…
Por otro lado, Mikelssen 109 puntos, Lindholm y Kajetanowicz 104 puntos, así estaban las cosas para jugarse el título de la categoría antes de la salida, pero con el noruego ausente, al tener completado el cupo de resultados, que solo sería campeón, si Lindholm y Kajetanowizc abandonaban la prueba.
En el primer tramo era el polaco quien a la salida de un túnel se iba de lado y doblaba el chasis contra un poste, por lo que el abandono definitivo, sin posibilidad de reenganche, estaba servido.
De aquí al final, el finlandés Lindholm no tuvo otra misión que mantenerse en carrera dentro de los cinco primeros, algo realmente fácil y que consiguió sin el más mínimo problema, dado el escaso numero de rivales, proclamándose él y su equipo Toksport, campeones del mundo de pilotos y marcas.
Texto: Luis Eiriz