Hace nada menos que 25 años, Seat hizo historia al convertirse en la primera marca española en competir en el WRC, la máxima categoría del Campeonato del Mundo de Rallys de la FIA. Después de lograr dos títulos consecutivos con el Ibiza Kit Car en la Copa del Mundo FIA de Rallyes de 2 Litros en los años 1996 y 1997 (y también ganaría el de 1998), Seat decidió disputar también la máxima categoría desde mediados de 1998… un proyecto que daría a la compañía éxitos que han quedado para el recuerdo.
La entrada en vigor del nuevo reglamento World Rally Car en 1997 fue clave para la decisión de Seat, puesto que esta normativa permitía a las marcas desarrollar un prototipo de rallyes sobre un modelo de gran serie. En un inicio, Seat pensó en desarrollar su WRC a partir del Ibiza – con el que triunfaba en la Copa de 2 Litros -, pero tuvo que cambiar de idea, puesto que el reglamento estipulaba que el vehículo de base debía medir más de cuatro metros. Debido a ello, para su nuevo proyecto, la compañía eligió como base el Córdoba SX 2.0 16v y lo convirtió en un vehículo 4x4 con motor turbo de 300 CV. Con una estética agresiva, con alerones y pasos de ruedas ensanchados y el llamativo color amarillo Bengala heredado de los Ibiza Kit Car, el primer Córdoba WRC fue presentado el 27 de mayo de 1998 en el Salón de Oporto.
En paralelo a la exitosa disputa de la Copa del Mundo de 2 Litros con el Ibiza Kit Car, Seat introdujo en competición el inicialmente denominado como “Seat WRC”, un nombre que se mantuvo en el tiempo hasta su posterior cambio de denominación a Seat Córdoba WRC en el Rallye de Cataluña 1999. El debut en competición del nuevo modelo se produjo en el Rallye de Finlandia de 1998, iniciando así un camino de preparación, desarrollo in situ y puesta a punto con vistas a la siguiente temporada, con los pilotos Harri Rovanperä, Oriol Gómez y Marc Duez como pilotos oficiales; el equipo acabó el curso con muy buenas sensaciones tras el sexto puesto logrado por Rovanperä en el Rallye de Gran Bretaña, lo que permitió a Seat Sport sumar sus primeros puntos con su World Rally Car.
La temporada de 1999, la primera completa para el Córdoba WRC, comenzó igual de bien que terminó la anterior. El italiano Piero Liatti, que se había incorporado al equipo, finalizó sexto en el Rallye de Montecarlo, seguido por su compañero Rovanperä, que logró el honor de realizar el primer ‘scratch’ del vehículo en el mítico Col de Turini. Un mes más tarde, el finlandés repitió sexto puesto en el Rallye Safari, y Latti también consiguió buenos resultados en el Rallye de Cataluña (10º) y en Córcega (9º). Mientras continuaba la progresión del modelo, llegó el primer podio absoluto para el Córdoba WRC, conquistado en el Rallye de Nueva Zelanda y obra de un viejo conocido de la marca, Toni Gardemeister, quien ya había competido con el Ibiza Kit Car el año anterior y que finalizó tercero en esta prueba. El finlandés no pudo tener mejor estreno… y no pudo dar mejor despedida a la primera versión del Córdoba WRC (Evo1), pues en Finlandia, la siguiente cita, sería reemplazado por su evolución, el Córdoba WRC Evo2.
La versión actualizada del Córdoba, presentada en el Salón del Automóvil de Barcelona de 1999 al mismo tiempo que el restyling de su homólogo de calle, equipaba un nuevo frontal con faros rediseñados, una toma de aire dividida en tres aberturas y era más largo que su predecesor. Asimismo, su motor disponía de un turbocompresor nuevo, con una respuesta más rápida, y todos los diferenciales eran activos, incluido el trasero, que era mecánico en el Evo1.
La evolución fue guiada en su estreno en Finlandia por dos pilotos locales, Rovanperä y Gardemeister, que lograron finalizar en la quinta y sexta posición la prueba, con un ‘scratch’ incluido para el primero de ellos; por primera vez, Seat colocaba dos vehículos en el ‘top 6’ absoluto de un rally del Mundial. Harri – padre del actual campeón mundial de WRC, Kalle Rovanperä -, también finalizaría quinto en el Rally de China, sexto en Australia y conquistaría el tercer puesto – y segundo podio en la historia del Córdoba WRC – en Gran Bretaña. El Evo2 también fue pilotado por Marcus Grönholm y por Gwyndaf Evans, en los rallys de Suecia y Gran Bretaña, respectivamente.
Para la temporada 2000 del WRC, Seat contrató a Didier Auriol – campeón en 1994 - como compañero de Gardemeister. La marca consiguió volver a colocarse entre los primeros puestos en el Rallye de Montecarlo, donde Gardemeister finalizó en una buena cuarta posición. Pero lo mejor estaba por llegar. El exigente Rallye Safari, en Kenia, volvería a ver una buena actuación del equipo Seat Sport, en la considerada como mayor gesta del Córdoba WRC en la prueba más dura del campeonato.
Auriol fue el más rápido de la primera sección del rallye, permitiendo a Seat liderar por primera vez la clasificación absoluta de una prueba del Mundial. El francés se mantuvo en posiciones de podio a lo largo de todo el rally y llegó tercero a Narobi, tras completar 2.691 kilómetros de recorrido, de los que 1.047 fueron cronometrados. Fue en esta prueba donde Auriol consiguió colocarse entre los Subaru Impreza WRC y los Ford Focus WRC para conquistar un podio histórico, donde el francés acabaría superando a los campeones de aquella temporada (Peugeot). De este modo, el Córdoba WRC Evo2 dejaba muestra de su competitividad y fiabilidad en el mayor desafío del WRC para pilotos y mecánicas.
El Córdoba WRC Evo2 se mantuvo en competición hasta el Rallye de Nueva Zelanda, y de nuevo en Finlandia, debutó una nueva actualización del Córdoba WRC, la tercera y última evolución del vehículo diseñado por Seat Sport en colaboración con el Centro Técnico de Seat en Martorell. Estéticamente, la versión Evo3 incluía pequeños cambios con respecto a su predecesor. Solo el paragolpes delantero era ligeramente distinto, con una forma optimizada para un mejor flujo de aire hacia el vano motor. Los mayores cambios
estaban en lo que no se veía: el motor había sido mejorado y entregaba más par (la potencia, sin embargo, debía mantenerse nominalmente en 300 CV, por reglamento), y la distribución de pesos se había optimizado para un mejor comportamiento. En el habitáculo también había cambios, con un nuevo cableado eléctrico y un nuevo tablero de instrumentos, así como una palanca de cambios tipo joystick. Este mando electrónico del cambio fue una modificación solicitada por Auriol, que se encontraba más a gusto con este sistema. La última diferencia radicaba en la transmisión, donde ahora el diferencial trasero podía ser activo o mecánico, de nuevo según las preferencias de pilotaje del piloto.
El Córdoba WRC Evo3 completó el resto de la temporada del año 2000 con un sexto puesto de Gardemeister en Australia como mejor resultado. En el Rallye de Gran Bretaña, donde el Córdoba WRC se despediría del Mundial de Rallys, Seat alineó cuatro unidades, que serían pilotadas por Auriol, Gardemeister – que competían a tiempo completo - y también por Rovanperä y Evans. Con el décimo lugar de Rovanperä como mejor resultado, el Córdoba WRC completó su andadura en el campeonato mundial.
Córdoba WRC, el vehículo que devolvió a Seat al podio del Mundial
El Córdoba WRC ocupa un lugar destacado en la historia de la marca en competición. Con este modelo, Sear volvió a competir en la clasificación general del Mundial y también a subir al podio absoluto, como anteriormente solo había hecho Antonio Zanini con el 124 D Especial Grupo4 en el Rally de Montecarlo de 1977, una prueba donde Seat, además de pisar el podio, se alzó con el Trofeo de Marcas gracias al cuarto puesto de Salvador Cañellas (124 D Especial) y al séptimo de Salvador Servià (Seat 1430/1800).
A lo largo de sus tres años compitiendo en la ‘primera división’ del Mundial de Rallyes, el Córdoba WRC participó en 32 rallyes puntuables para el WRC entre las temporadas 1998 y 2000. Asimismo, el modelo logró tres podios y dos ‘scratch’, así como dos quintos puestos en el Campeonato de Constructores, donde sumó un total de 35 puntos a lo largo de su trayectoria.
Seat Históricos, la división que cuida del legado de la marca, conserva varias unidades del Córdoba como las piezas de museo que son: estas se encuentran en perfecto estado de funcionamiento, y se usan actualmente en rallyes de regularidad y acciones especiales que realiza la marca. Una de las unidades propiedad de Seat Históricos es aquella con la que Gardemeister logró el primer podio del Córdoba WRC tras finalizar tercero en el Rallye de Nueva Zelanda de 1999. Asimismo, forma parte de la colección el Córdoba WRC que logró el podio en el Rallye Safari de 2000 con Auriol al volante: este era el 14º de los 20 Córdoba WRC construidos y se conserva tal y como compitió en la prueba africana. Seat Históricos también mantiene en sus instalaciones el Córdoba WRC Evo3 que participó en el Tour de Corse (Francia).
Tras concluir su paso por el Campeonato del Mundo de Rallyes, el Córdoba WRC continuaría compitiendo en manos de pilotos y equipos privados en pruebas entre 2001 y 2006. El modelo español también participó en el Campeonato de Europa de Rallyes y en los Campeonatos de España de Asfalto y Tierra, conquistando diversas victorias.