Aventura en el Benz Victoria: Casi mil kilómetros en coche eran en 1894 una verdadera aventura. El barón Theodor von Liebieg estuvo a la altura del desafío. Era hijo de un fabricante de Reichenberg, ahora Liberec en la República Checa, y uno de los primeros clientes de Carl Benz. El coche que conducía era un Benz Victoria. Este estaba equipado con una innovación pionera: la dirección de doble pivote.
Más seguridad y comodidad: en 1893, Carl Benz desarrolló el principio de la dirección de doble pivote hasta su madurez de producción y equipó con él por primera vez un automóvil de cuatro ruedas. La nueva tecnología hizo que la conducción fuera considerablemente más segura y cómoda que con la dirección por barra de tiro convencional. En este último caso, todo el eje delantero gira alrededor de un punto de giro, como en un vehículo tirado por caballos. El riesgo de vuelco es especialmente alto en curvas cerradas. Gottlieb Daimler y Wilhelm Maybach también desarrollaron una alternativa a la dirección por barra de tiro para su carro con ruedas de acero de 1889.
Innovación pionera: en el Victoria, ambas ruedas delanteras se giraban de forma independiente y sus orugas convergían en el vértice de la curva. Esta fue una innovación pionera en el verdadero sentido de la palabra. En la Sala Leyenda 1, los visitantes del Museo Mercedes-Benz pueden ver el innovador sistema de dirección diseñado por el inventor del automóvil de Mannheim para el Benz Victoria de 1893: Pioneros: la invención del automóvil.
Alta tecnología con manivela: la carrocería del Benz Victoria parece la de un autocar. Sin embargo, la nueva tecnología de dirección fue un verdadero hito en los inicios de la era del automóvil. Su sofisticado diseño mostró el camino hacia el futuro. El vehículo se dirige mediante una manivela horizontal.
La columna de dirección transmite el impulso de dirección a una barra transversal horizontal, que a su vez mueve dos barras dispuestas longitudinalmente, que discurren una al lado de la otra debajo de la carrocería del vehículo hasta el eje delantero y se mueven en direcciones opuestas. En el eje delantero, el impulso de dirección se transmite nuevamente desde una barra transversal a un eje vertical. Esto aísla la dirección de los impactos causados por la superficie de la carretera, que entonces era generalmente deficiente, mediante un resorte helicoidal y una ballesta en ángulo recto con la dirección de la marcha.
Finalmente, las dos barras de dirección conducen desde la ballesta hasta las ruedas delanteras, que están guiadas por un eje de horquilla.
Primer cliente: el barón Theodor von Liebieg visitó a Carl Benz en Mannheim en 1893, quedó impresionado por el Victoria y encargó uno. Fue entregado en la primavera de 1894, por ferrocarril, como era costumbre en aquella época para distancias tan largas.
“Benz Journey” en 1894: Liebieg, que entonces tenía sólo 22 años, quedó fascinado por el nuevo medio de transporte y quería utilizarlo no sólo en su región natal. Por eso, hace 130 años, decidió audazmente emprender un viaje de casi 1.000 kilómetros en automóvil hasta Gondorf, a orillas del Mosela.
Registro único: Los archivos de Mercedes-Benz Classic cuentan con un valioso documento que cubre este extraordinario viaje: el diario original, detallado y ricamente ilustrado. Proporciona información extensa y detallada sobre las experiencias de Liebieg y su compañero Franz Stransky en este “Viaje de Benz desde Bohemia a las orillas del Mosela”, como se lee en la portada del diario.
Siguiendo la tradición de Bertha Benz: Liebieg y Stransky partieron el 16 de julio de 1894. Apenas habían pasado seis años desde que Bertha Benz realizó su primer viaje de larga distancia en automóvil. En agosto de 1888, la esposa de Carl viajó de Mannheim a Pforzheim con sus dos hijos en un automóvil Benz patentado modelo 3, demostrando el potencial del automóvil para la movilidad individual.
Un gran desafío: entre 1888 y 1894 se produjeron considerables mejoras técnicas, pero el largo viaje de Liebieg seguía siendo extremadamente exigente. Esto se debió a que las carreteras no estaban diseñadas para este innovador modo de transporte y todavía no existía una infraestructura fiable para repostar combustible. Los automovilistas compraban gasolina en farmacias o quioscos a lo largo del camino y la llenaban en el brillante depósito de latón situado encima del eje delantero. El consumo medio de combustible de su Benz Victoria era de más de 20 litros cada 100 kilómetros. Después de seis etapas con un tiempo total de viaje de 69 horas, llegaron a Gondorf con un recorrido total de 939 kilómetros.
Bien equipado: fotografías históricas muestran el parecido del coche de Liebieg con el Benz Victoria expuesto en el Museo Mercedes-Benz. El vehículo se caracterizaba por unas llantas estilizadas con radios de madera y un diámetro menor delante que detrás, frenos de bloque para desacelerar, transmisión por cadena en el eje trasero, una posición de asiento alta y una capota plegable. El motor monocilíndrico horizontal producido 4 CV con una cilindrada de 1.990 centímetros cúbicos. La pieza del museo, un año más antigua, desarrolla 3 CV con una cilindrada de 1.726 centímetros cúbicos. Además, Liebieg equipó su Victoria con una tercera linterna en la parte delantera. El vehículo original del barón se exhibe actualmente en el Museo Técnico de Praga.
Principio básico ingenioso: el joven aristócrata no sólo estaba entusiasmado con la tecnología, sino también con la libertad que permitía la movilidad individual motorizada. Como escribió en su diario: “Elegimos un vehículo que nos libera de pequeñas molestias y nos deja dirigir las cosas por nosotros mismos. Éste era el automóvil de gasolina del ingenioso Benz de Mannheim”.
Etapa nocturna hacia Mannheim: el 20 de julio de 1894, Liebieg y su compañero de viaje llegaron a Mannheim. Esto marcó el final de una espectacular carrera de dos días que incluyó un viaje nocturno, con diferencia la etapa más larga del viaje. El primer puerto de escala fue el lugar de nacimiento del Victoria. Theodor von Liebieg: “Nos dirigimos inmediatamente a la fábrica de Benz & Cie., donde nos esperaban los señores von Fischer y Benz, ambos quedaron encantados con nuestro atrevido esfuerzo y el feliz resultado. Después de todo, el coche había recorrido 282 kilómetros en las últimas 26 horas, una distancia que nadie había recorrido nunca con un vehículo de este tipo”.
Un testimonio contemporáneo de buen servicio: el diario de 1894 es un documento impresionante sobre los primeros viajes de larga distancia en coche. Esto también demuestra la fuerte ética de servicio de Benz & Cie.: durante las paradas en Mannheim en el viaje de ida y vuelta, el vehículo del barón von Liebieg fue revisado exhaustivamente. Y tras una avería durante una estancia de varias semanas en el Mosela, donde el barón realizó numerosas excursiones, se envió allí a un mecánico de Benz para realizar los trabajos necesarios.
Una cariñosa despedida: en el camino de regreso, el diseñador de automóviles Benz y su familia incluso acompañaron a su cliente. “El domingo emprendimos el regreso a casa acompañados de toda la familia Benz, que nos acompañó hasta Gernsheim. Nos despedimos con la última botella de Mosela y, después de fotografiar los dos coches, nos dirigimos solos hacia Offenbach”. En total, Liebieg recorrió en su Victoria unos 2.500 kilómetros en este viaje de ida y vuelta al Mosela.
De los viajes de larga distancia al deporte de motor: el “Viaje Benz” emprendido por Liebieg en 1894 fue una prueba importante de que el automóvil era ideal para recorrer distancias muy largas. Ese mismo año, la misma idea dio origen a una nueva forma de competición en Francia: el automovilismo: vehículos con motores autorizados por Daimler ganaron la primera carrera automovilística entre París y Rouen. Esto marcó el comienzo de 130 años de automovilismo en Mercedes-Benz. También participó Theodor von Liebieg.
Entre otros eventos, participó en la primera carrera automovilística por los Alpes en 1898 y en 1899 ganó la primera carrera internacional en Viena con un coche de carreras Benz de 8 CV.
