Cuando se presentó en los salones y en los concesionarios de la marca en 2010, el Peugeot RCZ parecía casi un espejismo. No era muy usual que un concept car se convirtiera en un coche de serie sin apenas modificaciones y más, con el atrevido diseño de que hizo gala el prototipo. Este icónico cupé estuvo a la venta desde 2010 a 2015 y era prácticamente idéntico al Concept 308 RC Z presentado tres años antes, en 2007.
Derivado del 308 de 5 puertas contemporáneo, el Concept 308 RC Z nació con la idea de dar vida a un coche que combinara el placer de conducción con las sensaciones más intensas, con un diseño inconfundible, rompedor, e inédito hasta entonces. Y, en efecto, era un coche que obligaba a volver cabezas capturando miradas con un estilo que parecía esculpido por el viento y que tenía todo lo necesario para convertirse de inmediato en un verdadero icono del diseño. Buena parte del mérito de ese atractivo estético debe adjudicarse al doble abombamiento del techo que continuaba en la luneta trasera, pero también era estilísticamente interesante la parte posterior, muy corta y con los grupos ópticos que parecían diseñados sobre el arco del paso de rueda contribuyendo a incrementar la sensación de dinamismo del conjunto. Visto de frente, se apreciaba en seguida la sensación de anchura generada por un capó muy bajo y por los estilizados grupos ópticos.
Para Peugeot, el Concept 308 RC Z debía encarnar el placer de conducción más puro, la simbiosis entre el conductor y un coche nacido del túnel del viento, con una configuración de cupé 2+2 que hundía sus raíces en la deportividad sin renunciar a un confort elevado y a una buena capacidad de carga, características propias de todo gran turismo digno de ese nombre. Gracias a los numerosos elementos en aluminio, como los dos arcos que dibujaban la cúpula del habitáculo y daban estructura a la línea exterior, a la luneta posterior en policarbonato y a partes de la carrocería en fibra de carbono, se conseguía la ligereza exigida en el proyecto inicial. La línea con la parte trasera corta y el diseño fluido garantizaban una excelente aerodinámica, muy útil para conseguir la máxima eficiencia en términos de prestaciones, pero con un consumo reducido y el máximo respeto al medio ambiente.
El 308 RC Z Concept medía 4.276 mm de largo, 1.840 mm de ancho y apenas 1.320 mm de alto, proporciones armónicas que le daban un aspecto muy dinámico. Este dinamismo se expresaba asimismo en la continuidad que dibujaban el gran parabrisas delantero, el techo de carbono con los dos abombamientos y la luneta en policarbonato tintado. Las luces delanteras, de aspecto felino, se alineaban con el corte del capó, dando mayor sensación de anchura al frontal y generando un aspecto de coche pegado al suelo que heredaría la versión de serie. El parachoques delantero tenía un carácter mucho más deportivo que el del 308 de 5 puertas del que derivaba, más limpio en sus formas, con una única toma de aire y con faros antiniebla. La parrilla, específica, era cromada. El Concept 308 RC Z reivindicaba su deportividad con unos marcados pasos de rueda delanteros y unos laterales esculpidos en su parte inferior seguidos por los macizos pasos de rueda traseros. Las llantas de 19 pulgadas de diseño inédito sugerían, al mismo tiempo, robustez y dinamismo. El diseño del maletero tenía en cuenta los flujos de aire mientras que debajo del parachoques trasero asomaba una cola de escape doble que en la versión de serie se trasladaría, siempre en formato doble, al lado izquierdo, dejando el espacio en el centro para las luces antiniebla trasera y de marcha atrás. Otra diferencia entre el concept y la versión de serie fue que esta última adoptó un interesante alerón trasero retráctil que se activaba eléctricamente en dos niveles de inclinación al superar una determinada velocidad (85 y 155 Km/h) y que podía, asimismo, activarse mediante un botón situado en la consola, entre los asientos delanteros.
Con un diseño exterior tan personal, la 308 RC Z concept adoptaba el salpicadero del 308 ya que su diseño limpio armonizaba con el del coche y ofrecía la calidad que se espera en un gran turismo. El habitáculo tenía una visibilidad óptima y un notable espacio en las plazas delanteras mientras que las traseras quedaban claramente sacrificadas por el diseño exterior y estaban pensadas para niños. El diseño era solo una parte de las sensaciones positivas que generaba este coche. Otro elemento importante era la calidad de materiales y su tipología: inserciones cromadas, elementos en aluminio y lacados en negro y un amplio uso de la piel para revestir el salpicadero y los paneles de las puertas, elementos todos ellos que se conservaron en el coche de serie.
Cada elemento del coche se proyectó para destilar deportividad. Un buen ejemplo es el reloj Bell & Ross® situado en el centro del salpicadero del 308 RC Z Concept, entre los dos difusores del aire del climatizador.
La mecánica del Concept 308 RC Z era un motor de gasolina THP de 1,6 litros con una potencia máxima de 218 CV. Gracias al par máximo de 280 Nm disponible desde bajos regímenes y que podía alcanzar los 300 Nm gracias a la función overboost, se caracterizaba por una enorme elasticidad. Por lo que respecta a la transmisión, montaba un cambio de 6 marchas de nuevo desarrollo. Las prestaciones estaban a la altura de los esperado con una velocidad máxima de 235 km/h, y solo 7 segundos justos para pasar de 0 a 100 km/h. Nada mal para un coche con un motor de solo 1,6 litros.
Como todos los concept car, el 308 RC Z era un formidable laboratorio de ideas para imaginar y probar nuevas soluciones, elementos tecnológicos de vanguardia o elementos de diseño sin las cortapisas derivadas de la industrialización.
En 2010 entró en producción la versión de serie, llamada simplemente “RCZ” que se lanzó al mercado con dos motores de gasolina y uno diésel, con potencias de 156, 200 y 163 CV respectivamente. En 2013, el RCZ recibió un ligero restyling, con las novedades concentradas en el frontal, con unos faros nuevos y una parrilla vertical. Pero, a finales de 2013 llegó a la gama una novedad importante, el RCZ “R” que representaba la culminación del concepto de deportividad gracias a una versión de altas prestaciones del motor de 1,6 litros THP. Los caballos alcanzaron la increíble cifra de 272, con una potencia específica de nada menos que 170 CV/litro. El RCZ R representó así la máxima expresión de aquel prototipo presentado hace ya 13 años.
El Concept 308 RC Z fue, por lo tanto, un gran ejercicio de diseño y de técnica que supo transformar un sueño en realidad.