Aunque en estos tiempos que nos toca vivir las prioridades evidentemente se centran en no contagiarse del Covid, tener un puesto de trabajo o mantener un negocio en pie, son muchos los que de una manera u otra siguen ligados muy estrechamente a unas aficiones que forman parte del ocio, la cultura, el deporte… y dentro de este último apartado, a las carreras de coches.
Pero no solo hay aficionados de cuneta, refiriéndose a los que siguen los rallyes, sino que también los hay de circuitos en sus diferentes modalidades, ambos sin duda la mayoría, sino que los hay que extienden el seguimiento de las carreras con la lectura de cuanto cae en sus manos, visualizan imágenes de todo aquello que acontezca o coleccionan todo lo se refiere a su afición.
Concretamente en Asturias todo lo que se refiere a las carreras de coches siempre ha tenido un seguimiento y atractivo extraordinario por lo que son numerosas las personas que incluso han hecho de su pasión una profesión, aunque la mayor parte acumulan en diferentes espacios, material de toda índole relativo aquello que es una parte de su vida, que cuidan con esmero y muestran con orgullo, narrando infinitas anécdotas de cómo y cuando han adquirido el material, o en que circunstancias les firmaron maquetas o fotos.
Este es el caso de Juan Miguel Alvarez, un mierense, afincado en Gijón, que lleva desde los 16 años, ahora tiene 40, coleccionando coches y que atesora unas 500 unidades, en varias escalas, aunque su preferida es la 1/18, que poco a poco y no sin esfuerzo económico, va ampliando, complementándola con placas de rallyes, fotografías y multitud de recuerdos dignos de admirar, además siempre dispuesto a mostrar esta pequeña colección de la que se siente muy orgulloso, con la idea de dedicarle más espacio, algo que ya tiene en mente y que con el tiempo intentará plantearlo.