Cuando llueve hay que tener una especial precaución al volante. Siguiendo estas sencillas recomendaciones podemos incrementar la seguridad al volante.
1.-Mantener el parabrisas en buen estado, sin daños y limpio. Un cristal sucio por dentro hace que se empañe con más facilidad y que sea más difícil de desempañar. Esto también es importante en las ventanillas laterales, que nos permiten ver a través de los retrovisores exteriores.
2.-Tener en perfecto estado las escobillas de los limpiaparabrisas, para que limpien toda la superficie en la que actúan y no dejen peligrosas rayas y restos de agua, que entorpecen la visión y provocan deslumbramientos.
3.-Cuando llueve, los cristales tienden a empañarse más rápido por las diferencias de temperatura y humedad. Lo más eficaz es poner la ventilación en su función específica (la que dirige el aire hacia el parabrisas), con al aire acondicionado y la recirculación, además de la calefacción.
4.-Encender las luces de carretera para ver y ser vistos, no las largas, pues su reflejo sobre el asfalto mojado reduce la visibilidad. En condiciones extremas, activar los antiniebla traseros y no olvidarnos de apagarlos cuando el tiempo mejore, para no molestar a los demás ni recibir una multa.
5.-“Leer” el asfalto para buscar charcos que puedan causar un acuaplaning, y también para detectar su agarre: un asfalto claro y liso que refleja como el cristal tiene menos agarre que uno oscuro y rugoso que no reflecta la luz.
6.-Aumentar la distancia de seguridad, para encontrarnos con menos agua en suspensión levantada por el vehículo que nos precede y tener más tiempo de reacción ante un imprevisto.
7.-Fijarnos en las luces de los coches que nos preceden, pues nos ayudan a saber por dónde va el camino y si hay situaciones que les obligan a frenar.
8.-Si la visibilidad se reduce hasta imposibilitar la conducción, parar en un lugar seguro. Hasta encontrar ese lugar, avanzar alternando la vista al frente con miradas más cercanas a izquierda y derecha buscando las líneas de la carretera.
9.-Estar atentos a los vehículos que nos rodean, sobre todo, camiones y autobuses, pues pueden levantar grandes cantidades de agua al pasar sobre charcos. Mirar bien hacia delante antes de adelantar o cruzarnos con ellos, para saber lo que va a pasar durante esos instantes en los que se pierde la visión. Si recibimos una de estas grandes salpicaduras por sorpresa (sobre todo, cuando vienen del sentido contrario de una autovía o autopista) no perder la calma por el impacto, ni por quedarnos “a ciegas”: hay que mantener la trayectoria y no dar frenazos bruscos, que solo durará un par de segundos.
10.-Aplicar un tratamiento repelente de lluvia en el parabrisas. Está demostrado que los tratamientos hidrofóbicos mejoran la agudeza visual y que son particularmente beneficiosos de noche.
La importancia clave de la visibilidad cuando llueve
Según diversos estudios, el riesgo de sufrir un accidente cuando llueve es un 70% superior. Es la reducción de la visibilidad, y no el asfalto mojado, la principal culpable de la siniestralidad en lluvia.
Según el estudio sociológico de la Fundación para la Seguridad Vial, FESVIAL ‘El parabrisas y su aportación a la seguridad vial’ los conductores españoles suspenden en visibilidad y limpieza. Y es que el 75% reconoce conduce o haber conducido con las escobillas en mal estado o con el parabrisas sucio y más de un 70% no realiza el cambio de escobillas con la frecuencia recomendada.