Pocos deportes como la Fórmula 1 son capaces de generar ríos de tinta en los medios de comunicación a pesar de que las carreras transcurran semana tras semana sin emoción a cerca de quien va a ganar el gran premio. Tras dos años con Red Bull pasando el rodillo en casi todas las citas, la presente campaña será un calco de las anteriores en cuanto a los himnos que se reproducen durante la ceremonia del podio, el austríaco de Red Bull y el neerlandés de Max Verstappen. Sin embargo, hay carreras en las que parece que la gente de la FIA que capitanea Stefano Domenicali se apartan a un lado para que los guionistas de Netflix tomen el mando del fin de semana, y esta ha sido una de ellas.
El primer golpe de efecto lo protagonizó Carlos Sainz al abandonar el gran premio tras los libres del viernes para ser operado de apendicitis. El madrileño emuló así a su padre también en la enfermedad. Días antes del debut del bicampeón del mundo con Renault España como piloto oficial en el Campeonato de España de Rallyes de 1985, tuvo que ser operado también de apendicitis con urgencia. Sainz se perdía así el Rallye Costa Brava donde se iba a estrenar con el Renault 5 Tour de Corse. Prueba de todo esto las fotos que colgó el hijo en su Instagram. Una de este viernes tras la operación con él en la cama del hospital y su padre al lado hablando por el móvil. La segunda de ese 1985 con su padre en la cama hospitalaria y a su lado el desaparecido Antonio Boto, su copiloto de entonces, hablando por un teléfono fijo. Al menos el joven madrileño se tomó con humor su contratiempo.
Pero claro, la Fórmula 1 no es el nacional de rallyes y si aquí falla alguien se busca un penitente inmediatamente y se le sube al “cockpit” que ha quedado libre. El elegido fue Oliver Bearman, piloto de la Ferrari Academy y justo el piloto que hizo la pole en la F2 el jueves con su equipo Prema Powerteam. El debut del británico en carrera, puesto que ya había disputado el año pasado dos sesiones de entrenamientos libres 1 con Haas en México y en Abu Dhabi, explica en cierta forma qué Fórmula 1 tenemos en la actualidad. El británico fue capaz de colocar su monoplaza en la decimo primera posición en la calificación y en la séptima plaza en carrera, y eso empezando el fin de semana en la tercera sesión de libres con la complejidad de manejo de un Fórmula 1 actual. La razón, las innumerables horas de simulación a las que ha sido sometido como candidato a subirse algún día al coche del equipo que paga su carrera.
Estamos cansados de escuchar que es el único deporte en el que no se entrena, y uno de los defensores de esa teoría es nuestro Fernando Alonso, pero la afirmación no es del todo cierta, y el debut de Bearman la tumba sobre manera. Desde que los entrenamientos libres en circuito se prohibieron en 2009 debido a la crisis económica del 2008, nadie puede rodar en pista salvo unos pocos kilómetros que se permiten anualmente con el fin de conseguir imágenes publicitarias. En esos “Filming Days”, que este año han subido a 200 kilómetros, los equipos aprovechan para exprimir la jornada en busca de datos que corroboren lo que se trabaja en el túnel de viento y en los potentes simuladores de CFD (Codes Fluids Dynamics). Sin embargo, los pilotos titulares y candidatos se pasan jornadas enteras subidos a simuladores de conducción como si fuera un video juego profesional en los que no sólo se reflejan fielmente las condiciones de la pista incluidos sus baches, si no que se traslada al software todo lo que se va a introducir como mejora en el monoplaza para ver su rendimiento real. Y, nos guste o no, esa es la Fórmula 1 actual, o hasta podríamos decir que es el “motorsport” que vivimos puesto que, si nos trasladamos a los rallyes, ahora los tramos se entrenan más en el salón de casa que en las carreteras.
Pero volvamos a los guionistas de Netflix. Escribir la odisea de Sainz y Bearman en Jeddah Corniche podía estar en su capacidad teniendo en cuenta cómo se las gastan en el cine y en la televisión, pero conseguir que durante un mes y medio tiemblen los cimientos del equipo que domina el mundial con mano firme desde hace dos años quizás era algo hasta fuera de su alcance. Pues eso es lo que estamos viviendo semana a semana desde que a principios de febrero se filtró la denuncia de una empleada de Red Bull Racing por comportamiento inapropiado contra el CEO de su estructura de Fórmula 1, el británico Christian Horner.
La investigación interna que ordenó la bebida energética y que terminó justo antes de la primera carrera del año en Bahréin con una escueta declaración que alejaba al británico de culpa alguna, parecía que debía traer la paz a un equipo que se juega revalidar el mundial de pilotos y de constructores. Sin embargo, ya terminábamos el anterior billete con las jugosas declaraciones de Jos Verstappen pidiendo la cabeza de Horner tras la carrera del sábado. Una semana más tarde, parece que, en lugar de calmarse las aguas, estas se han vuelto turbias y nadie ahora mismo sabe dónde puede acabar este caso que amenaza la estabilidad del equipo que domina el mundial.
A lo largo de la semana hemos tenido calma al principio cuando Oliver Mintzlaff, director ejecutivo de la firma de bebidas energéticas aparecía en el paddock de Jeddah para poner calma en la guerra abierta por el poder en Red Bull. Y digo guerra por el poder porque, sin poner en duda la denuncia de comportamiento inapropiado, algo que tendrían que resolver en el juzgado, todo parece indicar que la publicidad de este posible acoso no deja de ser un arma más en la lucha que hay dentro de la compañía por ocupar el papel dejado por Dietrich Mateschitz tras su fallecimiento a finales de 2022. El austríaco, sin ser el socio mayoritario puesto que poseía el 49% de las acciones, frente al 51% de Chalerm Yoovidhya, heredero e hijo del fundador Chaleo, sí que fue el que decidió la entrada de Red Bull en la Fórmula 1 2003.
El apoyo de Yoovidhya a Horner en Bahréin parecía que fortalecía al británico frente a los ataques públicos de Jos Verstappen. Incluso las palabras de Helmut Marko, asesor personal de Mateschitz en Red Bull GmbH, puesto que no es empleado del Red Bull Racing, el equipo que gobierna Horner, advirtiendo que podía ser despedido ante de Australia parecían enfocar a un respaldo contundente a la gestión de Horner frente a sus adversarios. Por si fuera poco, las palabras del marido de Geri Halliwell este sábado avisando a Max que tenía 16 pilotos dispuestos a subirse a sus monoplazas, y que los 100 podios y 56 victorias del neerlandés las había conseguido con coches de Red Bull, hacían presagiar que su mano de hierro había vuelto al paddock para poner firme a todo su equipo empezando por su piloto estrella.
Ahora bien, buscando quizás una vuelta al guión, la reunión de este domingo en Dubai de Mintzlaff, Yoovidhya, y el CEO de la empresa de bebidas energéticas Franz Watzlawick podría acabar con el británico fuera del equipo antes de Australia según avanza el medio alemán F1 Insider. Y es que desde que todo esto empezó, las filtraciones a los medios de comunicación han sido continúas desde la parte austríaca de la guerra interna desatada en Red Bull. La razón del cambio de opinión de última hora parece estar basada en los posibles perjuicios que podrían sufrir con la venta de sus bebidas en el mercado americano, muy sensible a los casos de acoso. Así que, habrá que esperar para ver cómo acaba el culebrón, pero mientras tanto, ya han puesto a calentar al actual director deportivo, Jonathan Wheatley, por si tiene que salir a jugar como nuevo CEO de Red Bull Racing en Australia.
@luismanuelreyes
CLASIFICACION
1.-Max Verstappen (Red Bull/Honda RBPT) 50 - 1:20'43.273
2.-Sergio Pérez (Red Bull/Honda RBPT) 50 - 1:20'56.916
3.-Charles Leclerc (Ferrari) 50 - 1:21'01.912
4.-Oscar Piastri (McLaren/Mercedes) 50 - 1:21'15.280
5.-Fernando Alonso (Aston Martin/Mercedes) 50 - 1:21'19.032
6.-George Russell (Mercedes) 50 - 1:21'23.209
7.-Ollie Bearman (Ferrari) 50 - 1:21'25.952
8.-Lando Norris (McLaren/Mercedes) 50 - 1:21'28.981
9.-Lewis Hamilton (Mercedes) 50 - 1:21'30.664
10.-Nico Hülkenberg (Haas/Ferrari) 50 - 1:22'00.269
11.-Alexander Albon (Williams/Mercedes) 50 - 1:22'11.627
12.-Kevin Magnussen (Haas/Ferrari) 50 - 1:22'29.010
13.-Esteban Ocon (Alpine/Renault) 49 - 1:20'47.274 - 1 vuelta /4.001
14.-Yuki Tsunoda (RB/Honda RBPT) 49 - 1:20'48.806 - 1 vuelta /5.533
15.-Logan Sargeant (Williams/Mercedes) 49 - 1:20'50.058 - 1 vuelta /6.785
16.-Daniel Ricciardo (RB/Honda RBPT) 49 - 1:21'03.988 - 1 vuelta /20.715
17.-Valtteri Bottas (Sauber/Ferrari) 49 - 1:21'06.388 - 1 vuelta /23.115
18.-Zhou Guanyu (Sauber/Ferrari) 49 - 1:21'12.826 - 1 vuelta /29.553
Lance Stroll (Aston Martin/Mercedes) 5 - 8'05.608 - Accidente
Pierre Gasly (Alpine/Renault) 1 - 2'01.453 - Caja de cambios
Carlos Sainz (Ferrari) 0 - Enfermo