lunes. 23.12.2024

La mañana del 11 de junio de 1895 se respiraba expectación en los alrededores del Arco de Triunfo de París. Era el lugar elegido para dar la salida a una competición muy especial: la París-Burdeos-París, una carrera en la que se medirían, por primera vez en la historia, los automóviles, un invento curioso y relativamente reciente. Se recorrerían un total de 1.178 kilómetros por los caminos y carreteras sin asfaltar de la época. El piloto podía viajar con un mecánico ya que, en caso de avería o incidencia sólo podrían resolver el problema por sus propios medios, sin recurrir a ningún tipo de ayuda externa.

Peugeot, que había empezado su andadura como constructor de automóviles sólo cinco años antes, no sólo venció con un Type 7 conducido por Paul Koelchin sino que logró ocupar tres de las cuatro primeras posiciones, además de utilizar los primeros neumáticos hinchables, desarrollados por Michelin.

Bien entrada la “Belle Époque”, los ingenieros de Peugeot se habían labrado una excelente reputación preparando vehículos de carreras. Se les conocía bajo el apodo de “Los Brujos”. Sin embargo, tuvieron que soportar el acoso insistente de un grupo de pilotos veinteañeros que proponían avances técnicos y diseños audaces en busca de mayores prestaciones. “Los Brujos” no creían demasiado en sus aportaciones y les acabaron llamando con un nombre con el que acabarían pasando a la historia: “Los Charlatanes”.

Sin embargo, sus ideas no cayeron en saco roto: el joven ingeniero suizo Ernest Henry se las tomó en serio y acabaría diseñando el Peugeot L76 y sus diversos derivados, que dominarían los circuitos durante la década de 1910. El primer vehículo con árbol de levas en cabeza empezó su palmarés imponiéndose en el Gran Premio de Francia, pilotado por Georges Boillot, en 1912 y 1913, a lo que hay que sumar la victoria de otro “Charlatán”, Jules Goux, en el prestigioso Gran Premio de la Sarthe de 1912.

Precisamente, Goux, ingeniero Peugeot desde 1910, fue el responsable de dar prestigio internacional al Peugeot L76. En 1913, el piloto francés no sólo batió el récord de velocidad de la media milla en el Circuito de Brooklands, en el Reino Unido, sino que cruzó el Atlántico para conquistar la victoria en las míticas 500 Millas de Indianápolis, iniciando una era de dominio Peugeot en el óvalo más famoso de los deportes del motor.

El estallido de la Primera Guerra Mundial supuso la llamada a filas de “Los Charlatanes”, pero no interrumpió la racha de triunfos del Peugeot L76, que repitió victoria en Indianápolis en 1916 y 1919, con pilotos americanos como Dario Resta y Howdy Wilcox al volante. El propio Resta se impuso, además, en la Copa Vanderbilt y el Gran Premio de Estados Unidos, en 1915.

Históricamente, la Red Comercial Peugeot ha tenido una importancia capital en el apoyo a la competición, patrocinando jóvenes pilotos e, incluso, preparando vehículos para su uso deportivo. El concesionario Darl’Mat, situado en pleno centro de París, ganó una merecida reputación en los años 30 por la efectividad de sus preparaciones basadas en modelos de la Marca. Uno de sus vehículos más conocidos fue el Peugeot 402 Darl’Mat, que tuvo actuaciones destacadas en las 24 Horas de Le Mans, entre ellas una victoria en la categoría de 2 Litros con el equipo De Cortanze-Cortet, abriendo el camino a nuevas victorias Peugeot seis décadas después.

A partir de los años 60, Peugeot hizo valer la fiabilidad, la robustez y el comportamiento en carretera de sus automóviles para competir con éxito en los rallyes. África se convirtió en su terreno de juego predilecto. El Peugeot 404 abrió el fuego consiguiendo cinco victorias consecutivas en el East African Rally entre 1963 y 1968. En la década siguiente, el Peugeot 504 lograría un palmarés impresionante, con dos triunfos en el Rally Bandama, los Rallies de Marruecos de 1975 y 1976 y las ediciones de 1978 del Rally Safari y el Rally de Costa de Marfil. Una racha de victorias que ha elevado a este modelo a la categoría de mito en el Continente Negro.

En 1981, la relación de la Marca con la competición se reforzó con la creación de Peugeot Talbot Sport, embrión de lo que acabaría convirtiéndose en la actual Peugeot Sport. Su primer director, Jean Todt, hizo valer las dotes de organización y los conocimientos que distinguen a los grandes copilotos de rallyes para crear una estructura ganadora. Su experiencia en la Marca fue la mejor referencia para convertirse en uno de los directores de escudería más laureados en la historia de la Fórmula 1, con siete títulos de constructores y pilotos. Actualmente, es presidente de la Federación Internacional del Automóvil (FIA).

El primer proyecto de la división de competición de la Marca fue triunfar en el Campeonato Mundial de Rallyes. Su ambición se concretó en un vehículo que ha entrado en la leyenda: el Peugeot 205 T16. Vencedor de tres pruebas mundialistas en 1984, el año de su debut, conquistaría dos veces el Mundial, en 1985, con Timo Salonen, y en 1986, con Juka Kankkunen. En 1987, la FIA suprimió la homologación de los Grupo B en el Mundial de Rallyes. Sin embargo, el Peugeot 205 T16 supo aumentar su leyenda en la prueba más dura del Mundo, el Dakar, donde se impuso en 1987 y 1988, dejando paso al Peugeot 405 T16, que dominó la prueba en 1989 y 1990.

Tras la épica africana, Peugeot Sport volvió su mirada hacia los circuitos, concretamente hacia los sport prototipos y las pruebas de resistencia. Desarrolló el Peugeot 905, que se alzó con el Campeonato del Mundo de la especialidad en 1992 y logró un triplete en el podio de las 24 Horas de Le Mans el año siguiente.

El cambio de siglo supuso un regreso al Mundial de Rallyes con el Peugeot 206 WRC. Una apuesta exitosa, que se saldó con 25 victorias en pruebas mundialistas, acompañadas de los títulos de Constructores en 2000, 2001 y 2002 y de los Campeonatos de Pilotos de 2000 y 2002 para Marcus Gronholm.

Para demostrar las prestaciones y las posibilidades de la tecnología diésel HDi, Peugeot se propuso el reto de vencer en las 24 Horas de Le Mans con un vehículo de estas características. Los años de trabajo y preparación tuvieron su mejor recompensa con el doblete de los Peugeot 908 HDi FAP en 2009, que estuvo acompañado de otras victorias de renombre como los 1.000 Km de Spa, y las 12 Horas de Sebring, en 2010 y 2011.

La Subida a Pikes Peak es una de las carreras de montaña más famosas y espectaculares del Mundo, disputada en Colorado, Estados Unidos. Esta cumbre mítica también está en el interminable palmarés de Peugeot. Si Ari Vatanen venció en 1988, el francés Sébastien Loeb lograría imponerse en 2013 a los mandos del Peugeot 208 T16 Pikes Peak, marcando el récord de la ascensión.

Esta experiencia fue el mejor preparativo para un ambicioso regreso al Dakar con la nueva gama SUV Peugeot. Para ello, se reunió un auténtico “Dream Team” de los rally-raid, con el español Carlos Sainz y los franceses Stéphane Peterhansel, Sébastien Loeb y Cyril Despres. El dominio de la Marca en Sudamérica empezó a plasmarse con la victoria de Peterhansel en 2016, seguida de un triplete histórico, logrado por los galos Peterhansel, Loeb y Despres. Finalmente, Sainz lograría el segundo de sus tres triunfos en el Dakar en 2018, al volante del Peugeot 3008 DKR Maxi.

El Rallycross ha sido el último gran reto competitivo de la Marca. Primero, junto a la familia Hansen, que lleva esta disciplina en su ADN, conquistó el Mundial de Constructores en 2015. Tres años después, el Team Peugeot Total empezó su andadura oficial en el WRX, apuntándose la victoria, con Sébastien Loeb, en la prueba mundialista disputada en Bélgica, a bordo del Peugeot 208 WRX.

Más de un siglo de victorias Peugeot