Hacía tiempo que los integrantes del Gran Circo no nos dejaban centrar el billete en el aspecto puramente deportivo. Llevábamos muchas semanas hablando de abogados, comisarios y federativos, cuando lo que más nos gusta es comentar lo que pasa en la pista. Ha tenido que llegar Interlagos, el mítico trazado brasileño, para que volvamos a escribir de pilotos y jefes de equipo con dos carreras que han traído de nuevo la emoción a un certamen en el que Red Bull había dejado todo sentenciado. Ellos reciben hoy el foco de nuestra cámara.
Antes de centrarnos en todas las polémicas, tenemos que dejar un hueco para Kevin Magnussen. Tras conseguir un segundo puesto en su debut en 2014 en McLaren, el hijo de Jan tuvo una carrera que siempre fue en descenso pasando por Renault y luego por Hass, hasta que se despidió de la Fórmula 1 en 2020. Sin embargo, en marzo de este año, y cuando se encontraba en casa esperando iniciar los preparativos para participar en el mundial de resistencia, recibió una llamada de Guenther Steiner para volver al equipo americano tras cesar a Nikita Mazepin. El danés aceptó el reto, firmó un inicio de temporada redondo con el peor equipo de la parrilla, y este fin de semana se ha llevado la pole en la calificación más loca que recordamos.
Y una vez que hemos dado esos minutos de gloria al piloto danés, vamos con lo que hoy nos ocupa, las órdenes de equipo y la lucha entre compañeros. Hay mucho de que hablar en esta carrera, pero personalmente lo que más me ha llamado la atención es la incomprensible actuación de Max Verstappen. Y no me refiero al suicida toque del holandés con Lewis Hamilton en el inicio de la carrera, si no al acto de rebeldía con su equipo no cediendo la posición a su compañero Sergio Pérez.
Un piloto que ya tiene en su poder el título de Pilotos en una escudería que también ha obtenido el de Constructores, solo puede tener en mente aumentar sus récords o, como era el caso en Sao Paulo, ayudar a su compañero a alcanzar el subcampeonato. Esto no es nada nuevo, y es algo que hemos visto en muchas ocasiones antes. Sabemos que un piloto tiene a su primer rival en el garaje de al lado, pero en el caso de Verstappen, eso no ha ocurrido nunca. El bicampeón siempre ha estado muy por encima de sus compañeros, y sus rivales siempre han estado en otros garajes.
¿Qué necesidad tenía de no hacer caso a su jefe Horner? Pues ninguna. El mexicano ha sido clave estos dos años en los éxitos de Red Bull, y por descontado en los de Verstappen. Y aunque este año el dominio del holandés fue tal que nadie se le ha acercado en la clasificación, no hay que olvidar que, por ejemplo, en el Gran Premio de España, Pérez le cedió la posición dos veces porque todos en la formación de Milton Keynes sabían que su baza a largo plazo era el holandés.
Pero el año pasado, con el mundial en juego en Abu Dabi, el de Guadalajara le hizo un favor monumental al de Hasselt al realizar una defensa numantina ante Hamilton que le dió un aire de oro al hijo de Jos. Hasta ahora todo el mundo tenía en su memoria estas acciones y consideraban al mexicano un compañero ideal para el bicampeón mundial, todos menos él mismo.
Tal y como ayer explicó su compatriota, expiloto de turismos y ahora comentarista, Tom Coronel, el holandés tenía grabada a fuego la calificación de este año en Mónaco. El accidente de Pérez en Portier con el que se suspendió la Q3, y que le permitió salir tercero tras los Ferrari y a la postre, ganar la carrera, impidió que Verstappen pudiera pelear por la misma. Pues parece que ayer pesó más ese recuerdo que el de las múltiples ayudas que el mexicano le ha brindado estos dos años.
Como agentes externos, tenemos que abstraernos de los recuerdos del pasado, y debemos centrarnos en qué es lo que pasó este fin de semana para analizar las diversas acciones acaecidas, y cuando hacemos esto, la desobediencia de holandés de oro no tiene justificación.
Muchas veces olvidamos que la Fórmula 1 es un deporte de equipo. Son muchos los ejemplos de órdenes que se cumplen y que también se incumplen, y si no recuerden aquel “Multi 21” entre los muchachos de Red Bull, o el no menos famoso “Fernando is faster than you” en Ferrari.
La única guinda que le falta a Red Bull este año es el subcampeonato del mundo de Pérez, y la lucha con Charles Leclerc estaba muy igualada a falta de dos carreras, de ahí la orden que recibió Verstappen de ceder la posición a Pérez en el caso de que no pudiera adelantar a Fernando Alonso, algo que finalmente no ocurrió. La reprimenda en el garaje tras la carrera fue seria, y tras la misma el holandés ya afirmó que de necesitar ayuda de su parte su compañero en Abu Dabi, la tendrá. Pero, personalmente, Verstappen ya ha quedado retratado. Está claro que para ser campeón hay que ser una auténtica hiena, pero una vez que tu estómago está lleno, hay que dejar las sobras para el que viste tus mismos patrocinadores.
Pero, no fue esta la única trifulca entre compañeros de equipo esta semana. En Alpine también llovió a chuzos. La Sprint Race del sábado se saldó con dos encontronazos entre Fernando Alonso y Esteban Ocon que acabaron con una sanción al asturiano de cinco segundos y dos puntos en la súper licencia. La segunda acción, la que provocó la sanción, creo que está más que clara, y de hecho el propio Alonso admitió su culpa tras la carrera, aunque sus radios antes de la bandera a cuadros fueron merecedoras de guardarse entre sus más míticas al estilo del “GP2 Engine” de Japón.
La de la curva 4 en la arrancada es más ambigua. Ocon no le deja espacio, eso está claro, pero ambos están en la primera vuelta peleando por la posición. Y lo que también está claro es que Alonso intenta adelantar aunque no haya espacio. Para mi un lance de carrera que se saldó con el coche del francés maltrecho y del que no se puede echar la culpa a ninguno de los dos por mucha calentura que cogiera el asturiano. Siempre hemos alabado su pilotaje, pero en numerosas ocasiones hemos afirmado que la boca le pierde, y sobre todo cuando tiene el casco puesto, pero a sus 41 años no vamos a tratar de cambiar su carácter.
Ayer, sin embargo, desde el muro de Alpine fueron tajantes y cortaron cualquier posibilidad de altercado en la relanzada advirtiendo al francés que bajo ningún concepto luchara con su compañero cuando este tratase de adelantarlo, demostrando cómo debe trabajar un equipo con sus pilotos.
Por cierto, una situación muy diferente la que se vivió en Mercedes. Con un 1-2 claro, y con un ritmo superior, a Hamilton no se le ocurrió poner en juego la primera victoria de su compañero George Russell. Probablemente el heptacampeón estaba satisfecho con ver que por fin vuelven a tener un monoplaza con el que ganar carreras, y que el año que viene no tendrán que volver a atravesar el desierto que ha supuesto este ejercicio. Y eso que en la radio de Russell escuchamos como les permitían “luchar con respeto”. Habría que escuchar la de su compañero para ver si realmente desde el muro de Mercedes le pidieron o no mantener la posición.
@luismanuelreyes
CLASIFICACION
1.-George Russell (Mercedes) 71 - 1:38'34.044
2.-Lewis Hamilton (Mercedes) 71 - 1:38'35.573
3.-Carlos Sainz (Ferrari) 71 - 1:38'38.095
4.-Charles Leclerc (Ferrari) 71 - 1:38'42.485
5.-Fernando Alonso (Alpine/Renault) 71 - 1:38'43.605
6.-Max Verstappen (Red Bull) 71 - 1:38'44.100
7.-Sergio Pérez (Red Bull) 71 - 1:38'48.124
8.-Esteban Ocon (Alpine/Renault) 71 - 1:38'52.734
9.-Valtteri Bottas (Alfa Romeo/Ferrari) 71 - 1:38'56.596
10.-Lance Stroll (Aston Martin/Mercedes) 71 - 1:38'57.596
11.-Sebastian Vettel (Aston Martin/Mercedes) 71 - 1:39'00.227
12.-Zhou Guanyu (Alfa Romeo/Ferrari) 71 - 1:39'03.369
13.-Mick Schumacher (Haas/Ferrari) 71 - 1:39'03.943
14.-Pierre Gasly (AlphaTauri/Red Bull) 71 - 1:39'05.911
15.-Alexander Albon (Williams/Mercedes) 71 - 1:39'10.060
16.-Nicholas Latifi (Williams/Mercedes) 71 - 1:39'11.082
17.-Yuki Tsunoda (AlphaTauri/Red Bull) 70 - 1:39'06.345 1 vuelta
ABANDONOS
Lando Norris (McLaren/Mercedes) 50 - 1:08'55.582
Kevin Magnussen (Haas/Ferrari) 0
Daniel Ricciardo (McLaren/Mercedes) 0