viernes. 22.11.2024

Como campo de pruebas tecnológico por excelencia, el automovilismo ofrece a Peugeot la oportunidad perfecta para desplegar plenamente su capacidad de innovación: el 9X8, el nuevo Hypercar de la marca, ha sido presentado a principios de verano y pronto competirá en las carreras de resistencia y en las 24 horas de Le Mans. Hace treinta años, en 1991, el 905 consagró el espíritu pionero y los valores de la marca -excelencia, atracción y emoción- que le han permitido superar todas las revoluciones de los dos últimos siglos.

La gran aventura de Peugeot en Le Mans y en las carreras de resistencia comenzó a principios de los años 90. Fue entonces cuando la marca francesa volvió al circuito de la Sarthe como equipo oficial, y entró en el Campeonato del Mundo de Sport Prototipos (ahora Campeonato del Mundo de Resistencia de la FIA) con el 905 y llegó a participar en las 24 Horas de Le Mans.

 

Resistencia con el Peugeot 905

Con el 905 la marca mostró con total claridad su objetivo de ganar las legendarias 24 horas de Le Mans. El programa de desarrollo de este “Peugeot Sport Prototype” se inició en diciembre de 1988. Presentado en febrero de 1990, el coche suponía un soplo de aire fresco: innovador, con una pureza visual absoluta y el característico frontal de los modelos de la marca de esa época.  Construido sobre un chasis de fibra de carbono diseñado en colaboración con Dassault, contaba con un motor V10 de 3,5 litros y 40 válvulas de 650 CV, muy cercano a los niveles de la Fórmula 1.

Cosechó un gran éxito entre 1990 y 1993. Con el 905, Peugeot compitió con los fabricantes de coches de resistencia más habituales del certamen, sobre todo con Porsche y Jaguar, y con aspirantes emergentes como Toyota y Mazda.

1992 fue un año decisivo para Peugeot, con dos objetivos marcados: el título de Campeón del Mundo de Constructores y la victoria en las 24 horas de Le Mans.

Para las 24 horas de Le Mans se realizaron algunos cambios importantes en el coche: se eliminó el alerón delantero, se cambió la posición del alerón trasero y desaparecieron las rejillas del alerón delantero.

El equipo Peugeot consiguió fantásticos resultados a lo largo de la temporada de 1992 (2º en Monza, 1º y 3º en Le Mans, 1º y 2º en Donington, 1º y 3º en Suzuka y 1º, 2º y 5º en Magny-Cours) lo que le permitió ganar el título de Campeón del Mundo de Constructores de 1992; consiguiendo su objetivo.

En 1993 Peugeot consiguió el 1º, 2º y 3º puesto en el podio de las 24 Horas de Le Mans con sus tres 905. Este es el máximo galardón para la empresa y sus equipos decidiendo en ese momento álgido retirarse tras este histórico resultado.

 

2021: Innovación y retos técnicos del 9X8

Tras el 905, y después el 908 de 2007 a 2011, Peugeot regresa con fuerza a las carreras de resistencia con el 9X8.

Siguiendo los pasos de sus ilustres y ganadores predecesores en las carreras de resistencia, continuará la tradición de la marca de diseñar coches de competición reconocibles y de elevado rendimiento.

Con el 9X8 combina deportividad, conocimientos tecnológicos, eficiencia y excelencia estilística.

Al igual que el 905 treinta años antes, el 9X8 reutiliza las señas de identidad estéticas de la marca: es un coche estilizado, esbelto y elegante, que genera una reacción y encarna la velocidad. Lo primero que se aprecia es su firma lumínica delantera y trasera, con las tres garras características del león. Sus laterales son elegantes y estructurados. Los retrovisores están integrados en el chasis, que parece no oponer resistencia al aire.

En la parte trasera está presente un gran difusor enmarcado por elementos finamente cincelados que albergan los pilotos, y un gran detalle que subraya la característica innovadora más llamativa del 9X8: ¡no hay alerón trasero! “No queríamos un alerón trasero”, contestan los responsables de su desarrollo.

Los ingenieros de Peugeot Sport y los diseñadores de la marca se han inspirado en el nuevo reglamento de los Hypercar, la nueva categoría reina de las carreras de resistencia. Mientras que otros han optado por cumplir la nueva normativa de forma más conservadora, Peugeot han preferido arriesgarse y abrir nuevos caminos.

En cuanto al motor, se ha optado por la hibridación, combinando un V6 Biturbo de gasolina de 680 CV, que impulsa las ruedas traseras, y un motor/generador eléctrico de 270 CV, que impulsa las ruedas delanteras. El reglamento establece unos límites claros para el funcionamiento del sistema, que permite que los coches híbridos circulen con tracción a las cuatro ruedas: define el umbral de transferencia de energía a las ruedas delanteras y estipula que la potencia media total del conjunto no puede superar los 750 CV.

La tecnología híbrida es, por lo tanto, una ventaja, ya que permite adoptar la tracción total, pero también supone un enorme desafío técnico, dada la complejidad de la gestión del conjunto motriz.

 

Del Peugeot 905 de 1991 al Peugeot 9X8 de 2021 en las carreras de resistencia