Empieza en Marrakech la última cita del campeonato del mundo de Raids, donde Isidre Esteve, Lucas Moraes, Seth Quintero y Joao Ferreira ultimarán junto a sus copilotos las preparaciones para el próximo Rallye Dakar.
Este fin de semana arranca el Rallye de Marruecos y la compañía multienergética estará presente con hasta cuatro coches, con los que pondrá a prueba sus combustibles renovables. El piloto del Repsol Toyota Rally Team, Isidre Esteve, afronta la prueba en su tercer año con el Toyota Hilux T1+, el mismo que utilizan los pilotos oficiales del equipo Toyota Gazoo Rally, Lucas Moraes y Seth Quintero. Todos ellos emplearán una gasolina con un 70% de origen renovable, que es la última evolución de la que utilizaron en el pasado Dakar. Junto a ellos estará también Joao Ferreira, piloto portugués que al volante de un Mini John Cooper Works Plus empleará combustible diésel 100% renovable. Porque Repsol dispone ya tanto de gasolina como de diésel renovable desarrollados en el Repsol Technology Lab.
La prueba se inició con una etapa prólogo el domingo 6 de octubre, y constará a continuación de 5 etapas, hasta el viernes día 11, siendo puntuable para el Mundial de Raids. Sin embargo, el verdadero valor de esta prueba es la valiosa información que obtendrán todos ellos para preparar el Rallye Dakar 2025. El Rally de Marruecos ofrece a Repsol y sus pilotos el escenario ideal para seguir con el desarrollo de los combustibles renovables en un entorno altamente exigente, similar al que se encontrarán en la mítica prueba que volverá a desarrollarse en Arabia Saudi a inicios de 2025.
Los combustibles renovables son una de las principales palancas de la estrategia de Repsol para acelerar la reducción de emisiones del transporte y conseguir el objetivo de convertirse en una compañía cero emisiones netas en 2050. Son, desde el punto de vista de calidad y funcionamiento en los motores, equivalentes a los convencionales. La diferencia entre ambos es que se fabrican reemplazando la materia prima de origen mineral, por residuos orgánicos, como el aceite de cocina usado, aceites procedentes de residuos agroalimentarios y residuos agrícolas y forestales. Estos combustibles 100% renovables se pueden utilizar en aviones, barcos, autobuses, camiones y coches aprovechando las infraestructuras existentes de repostaje.