Luis Rodríguez Moya, 59 años, no necesita presentación. Su trayectoria como copiloto de Carlos Sainz durante 15 años no sólo le dio un palmarés envidiable con 2 títulos mundiales, 4 subcampeonatos, otras 4 terceras posiciones y 24 victorias en pruebas del Campeonato del Mundo, entre otros grandes éxitos, sino que le permitió forjarse a sí mismo como un profesional completo y una persona políglota, abierta, cercana y positiva. En estos días de confinamiento y falta de actividad profesional ha salido a relucir lo mejor de Luis Moya…
“Estamos pasando el confinamiento en nuestro piso de Barcelona, con Marta, y la verdad es que lo vivimos muy bien y aprovechando las circunstancias, pero extremadamente obedientes a las indicaciones de las autoridades y siguiendo las normas a rajatabla, protegiéndonos y protegiendo cada vez que salimos de casa. Yo les digo a mis hijos, que ya están independizados, que hay cosas buenas en este confinamiento y que valoren mucho esta situación; es como una luna de miel de convivencia permanente y estrecha que hay que aprovechar al máximo porque puede que no la vivamos de este modo nunca más”.
“En la terraza tengo instalado un rodillo y hago bici a diario, también pesas y gimnasia, que al hacerlo al aire libre y orientado al sur me permite lucir un color estupendo. Por lo demás limpio la casa, ordeno cosas y en una esquina del salón he construido mi rincón del oeste, una de mis grandes aficiones: indios, vaqueros, caballos, un fuerte que me cedió la casa Comansi, un poblado que poco a poco va creciendo… ¡llevo semanas jugando con indios y cowboys!”.
“Una vez por semana voy al súper, hago nuestra compra y también otra que llevo a la fundación “Formació i Treball” (creada por Cáritas), que se ocupa de servir casi 700 menús diarios de los que 60 se llevan a casas de ancianos sin recursos. En estos comedores no sólo he visto a gente en precario sino también a personas que en la calle se confundirían con cualquiera de nosotros, la pobreza avanza y entre todos tenemos que ponerle solución”.
“Cuando hablo de este asunto yo siempre digo que “por poco que des, es mucho para ellos”, esta es mi máxima porque hay gente que no tiene nada. Todo esto lo aprendí de mi padre, que estuvo más de 40 años y presidió durante 11 el patronato de la Cocina Económica, en La Coruña, de la que se benefician diariamente un montón de familias. La acción humanitaria no deberíamos dejar de tenerla en cuenta y ahora se está mostrando más necesaria que nunca, la situación desborda y de gente necesitada o que está apurada hay y habrá más”.
“Intento ser positivo. Cuando me dicen ¿cómo saldremos de esta? yo digo en broma “pues con el pelo más largo, seguro”. Pero aunque sabremos adaptarnos a lo que venga, la incertidumbre sobre el futuro es total. Los latinos en general somos moldeables y ágiles ante la improvisación o a tener que cambiar de rumbo, pero todo dependerá de nuestra voluntad de superación”.
“La solidaridad está aflorando mucho estos días, lo noto, en mi caso ha aumentado la propia relación o incluso la amistad con los vecinos de escalera o de las terrazas, nos conocemos mucho más y se ha establecido una cadena de ayuda a la gente mayor vecina que es altamente gratificante. En cuanto a mi salud está muy controlada y me encuentro perfectamente. Tras las arteriografías de 2018 y 2019 tenían que hacerme una tercera el pasado mes de marzo, pero lógicamente se aplazó y estoy a la espera de una nueva fecha”.
“Y mi trabajo como embajador de la Volkswagen Driving Experience lógicamente está parado pero en cuanto se pueda volveremos con los cursos. Antes de parar estuve en la presentación del ID3 eléctrico y en otros eventos. Todos estos días no he dejado de dar entrevistas de todo tipo, yo hablo mucho y me lo paso bien atendiendo siempre a quien me requiera”.