viernes. 22.11.2024

El mercado de los automóviles de lujo ha sido siempre un gran reto para los fabricantes, sobre todo para una marca como Peugeot que había hecho de los modelos de gama media y baja su caballo de batalla durante muchos años. Pero, incluso con alguna discontinuidad, la Marca del León ha mantenido casi siempre en su gama, durante los casi 130 años de producción automovilística, algunos modelos de gama alta particularmente interesantes ofreciendo a los apasionados coleccionistas actuales algunas perlas raras muy buscadas hoy en día.

Una de ellas es, sin duda, el 183, más conocido como 12 SIX, denominación que corresponde a los caballos fiscales franceses (12) y al número de cilindros del motor (Six, para seis). Este modelo se lanzó en 1928 y representó el regreso gradual de Peugeot al segmento de lujo después de la Primera Guerra Mundial; un regreso a un segmento muy competitivo en el que presentó un producto de coste accesible, en contraste con las grandes marcas de lujo.

El objetivo era proponer a su fiel clientela una gama de carrocerías equipadas con una mecánica de seis cilindros, pero con una cilindrada por debajo de los dos litros (1.991 c.c.). 

Las primeras unidades fabricadas tenían carrocerías berlina, limusina y landaulet. Los 38 caballos que rendía el propulsor no permitían aceleraciones fulgurantes, pero el principal problema fue otro: las primeras versiones presentaron problemas de fiabilidad que, en algunos casos, llegaron a comprometer el éxito del proyecto.

Este problema se solucionó rápidamente el año siguiente con la llegada del 183 C, equipado con una mecánica revisada llamada RA3 a la que se sumó un incremento de la potencia de 4 caballos.

En 1930 con la versión llamada 183 D el motor recibió un nuevo incremento de potencia para alcanzar los 47 CV (9 más respecto de la versión de 1928) pero, sobre todo, se añadieron nuevas carrocerías como la de tipo torpedo, el cabriolé y el falso cabriolé (lo que hoy llamaríamos cupé), que era en realidad una versión cabriolé, pero con una fina capota rígida en imitación de piel.

 

 

Con esta última versión, el 183 12 SIX alcanzó su madurez con unos acabados que no tenían nada que envidiar a las gamas superiores de otras marcas, una mecánica fiable y unas prestaciones elevadas, pero, sobre todo, un precio extremadamente competitivo. Entre las soluciones tecnológicas adoptadas en el 12 SIX destacó el depósito de combustible situado en la parte trasera conectado con una pequeña bomba manual montada sobre un pequeño depósito que podía utilizarse como reserva y que estaba situado en el vano del motor. Las ventajas de este sistema, que permitía sacar el depósito del vano motor eran evidentes ya que se reducía el riesgo de incendio y se eliminaba por completo el olor a gasolina dentro del habitáculo.

Conducir hoy un 183 SIX supone una experiencia muy particular, no solo por el melancólico ronroneo de su bello seis cilindros en línea, sino también porque subir a él (en el sentido literal del término ya que la distancia al suelo es realmente elevada) permite descubrir y disfrutar de todos los pequeños detalles que le diferenciaban de la mayoría de los coches contemporáneos.

La producción del Peugeot 183 12 SIX terminó en 1931 con nada menos que 12.626 unidades fabricadas. Un buen resultado, sobre todo si tenemos en cuenta que se lanzó en vísperas de la tremenda crisis de 1929. Este elegante Peugeot consiguió superar una crisis que fue fatal para muchos otros modelos de automóviles y que propició el cierre de numerosos fabricantes en ese mismo periodo.

La historia del 12 SIX se repitió casi como una némesis histórica cuando la Marca del León presentó en 1975 su nuevo modelo tope de gama con motor de seis cilindros, el Peugeot 604 y, posteriormente, (en 1989), el Peugeot 605.

El total de unidades del 183 y 183 A fabricadas entre finales de 1927 y 1928 en las instalaciones de Audincourt, en versiones Berlina, Torpedo, Cupé y Cabriolé, fue de 2.998 y el total de 183 C y D producidas entre finales de 1928 y 1931 tanto en Audincourt como en Sochaux en versiones Berlina, Torpedo, Falso Cabriolé y Cabriolé, fue de 9.638.

 

Un vehículo para superar la crisis del 1929