lunes. 23.12.2024

Hace casi 70 años, el 10 de abril de 1950, el gran campeón Tazio Nuvolari concluyó su carrera de piloto al volante del Abarth 204A, el primer modelo construido por Carlo Abarth. La prueba cronometrada partía de la capital siciliana de Palermo y finalizaba en Monte Pellegrino: una subida pronunciada y evocadora, con múltiples curvas cerradas sobre asfalto. En la parrilla de salida el equipo «Squadra Carlo Abarth», con Tazio Nuvolari al volante del Abarth 204A, un coche de carreras biplaza con un impresionante motor de 1100 cc. El campeón se enfrentó al trazado con su característico entusiasmo, terminando con una victoria en su categoría y el quinto puesto de la general.

La amistad entre Carlo Abarth y el gran campeón comenzó poco después de la Segunda Guerra Mundial, cuando Nuvolari, que ya contaba con 55 victorias en el Gran Prix internacional y las principales carreras en carretera, pilotó para la marca Cisitalia de Piero Dusio, con Carlo Abarth liderando el equipo de carreras. Cuando Dusio vendió sus coches de carreras a Abarth antes de emigrar a Argentina, Abarth sabía que podía contar con el apoyo de Nuvolari, quien también asumió el papel de portavoz de sus kits de transformación de levas de cambio y silenciadores.

Los kits de transformación deportivos de Abarth convirtieron los coches de ciudad en ganadores de carreras, lo que permitió a muchos jóvenes pilotos competir con éxito. «Los domingos en el circuito y los lunes en la oficina» rezaba el eslogan de Carlo Abarth, quien combinó la producción de componentes de carreras con el trabajo en el equipo oficial, cuyas victorias fueron principalmente en pista y montaña, a bordo de coupés y coches deportivos.

Después de la celebrada victoria de Nuvolari, Abarth ganó el Campeonato Internacional de Constructores seis veces consecutivas entre 1962 y 1967, acumulando también victorias en el Campeonato Europeo de Marcas de 1972 con Arturo Merzario al volante, más cuatro triunfos en el Campeonato Europeo de Turismos (en 1965, 1966, 1967 y 1969). La historia de grandes éxitos en rallys para la marca del Escorpión continuó en la década de los setenta con el Fiat 131 Abarth Rally ganando tres Campeonatos Mundiales de Constructores en 1977, 1978 y 1980, un Campeonato Mundial de Pilotos en 1980 con el piloto alemán Walter Röhrl al volante y una Copa FIA para pilotos en 1978 con el finlandés Markku Alén. Estos importantes éxitos se complementaron con triunfos en siete Campeonatos de Europa de Rally entre 1975 y 2011, y con las victorias del Abarth 124 rally en la Copa FIA R-GT de 2018 y 2019.

Una historia de éxito con un doble significado: por un lado, seguir figurando en eventos de carreras, con el Abarth 124 rally participando en el ERC 2020, junto con el equipo actuando como socio técnico en la pista del Campeonato F4 italiano y alemán, y por otro lado, para Abarth, las carreras siempre han sido el mejor campo de pruebas para motores y componentes técnicos/tecnológicos. Las pruebas en las condiciones más duras pueden elevar las prestaciones y la fiabilidad a niveles extraordinarios, lo que aumenta el espíritu competitivo mientras se prepara la futura transferencia de tecnología a modelos de producción en masa.

La victoria de Tazio Nuvolari hace 70 años dio origen a la leyenda del Escorpión