sábado. 27.04.2024

Lewis Hamilton llegó a la Fórmula 1 al año siguiente de la primera retirada de Michael Schumacher. El Kaiser se había ido de Ferrari dejando las tablas de estadísticas de la F1 con números imposibles de igualar, o al menos eso creíamos en 2006. Ahora, 15 temporadas después, sabemos que aquellos récords del alemán sí se podían superar. El milagro lo ha llevado a cabo el británico de la mano de Mercedes. Con ellos se fue en 2013 dejando atrás el paraguas de McLaren bajo una lluvia de críticas de la mayor parte del paddock que no entendían que abandonase una estructura como la de Woking para pelear con los de Brackley. Niki Lauda fue el artífice de aquel fichaje. El austriaco fue el que convenció a Hamilton de que Mercedes le podía dar aquello que no encontraba en McLaren, un coche con el que volver a ser campeón del mundo. Un monoplaza con el que ganar carreras. Ayer en Rusia, obtuvo la número 79 con los coches de la estrella, y alcanzó la centena en su casillero particular.

Ahora mismo nos cuesta creer que los números que está forjando el británico vayan a ser superados en el futuro, sin embargo, los récords están ahí para romperlos. Quien sabe, quizás el elegido esté ya en la parrilla, aunque ahora mismo tan solo Max Verstappen podría tener guarismos que, con los años que teóricamente le restan de competición, podrían situarle en la carrera contra la historia que nos está dejando el de Stevenage. Sus 100 victorias y 101 poles aún tienen que crecer teniendo en cuenta que, como poco, correrá la temporada que viene, pero la historia dictará sentencia.

La de ayer fue una victoria esperada hace mucho tiempo. De hecho, llegamos a pensar que la lucha por alcanzar la mítica cifra estaba pesando demasiado en los hombros del británico. El error del sábado en la entrada al pit lane en la Q3 y, la cautela en la arrancada de la carrera, relegaron al heptacampeón a un segundo puesto que no debería de haber mejorado de no haber sido por la locura de Lando Norris en las últimas vueltas al querer acabar la carrera con ruedas de seco. Esas ansias de victoria de la estrella de McLaren eran las mismas que las de Hamilton, pero solo uno de los dos obedeció a la gente de su muro, y ahí se gestó la victoria centenaria.

A aquellos que no hayan podido ver las últimas cinco vueltas de la carrera de ayer en Sochi les recomiendo que las vean, aunque entenderán un poco mejor todo si rebobinan alguna vuelta más para ver el final de locos que nos ofreció la lluvia parcial que cayó en el trazado ruso. Ahora mismo tengo claro que la gente de Stefano Domenicali lo que tiene que hacer es dejarse de jugar a inventar cosas como la calificación al sprint, y hacer coincidir varias carreras del certamen con las épocas de climatología cambiante en esos lugares.

Ya sé que suena a locos, y que no podemos reducir el espectáculo de la Fórmula 1 a carreras bajo el agua, pero un final de locos como el de ayer no lo tenemos todos los días. Si a eso le sumamos que toda la parrilla partía de una posición que no era la suya natural por los cambios de asfalto habidos en la Q3 y las penalizaciones que ya han comenzado por usar el cuarto motor de la temporada, tenemos que un circuito soso y aburrido como es el de Sochi nos ha brindado una de las carreras más interesantes de la temporada. La verdad es que este año va a ser difícil que alguien acabe diciendo que la Fórmula 1 actual es aburrida, aunque no sea gracias a las decisiones que toman los actuales gestores del gran circo.

 

 

Por delante nos restan siete carreras a las que llegamos con las espadas en todo lo alto, ya que son solo dos puntos los que separan a los dos aspirantes. Si a eso le sumamos que tenemos el mundial más abierto de los últimos años por la cantidad de pilotos que pasan por los diferentes podios sin vestir los colores de Mercedes o Red Bull, se presentan tres meses de emoción asegurada.

Y ahí es dónde tendrán que pelear los españoles por hacerse un hueco en la celebración del champagne. Fernando Alonso se lo jugó ayer todo a una carta con la lluvia y estuvo cerca de liarla si el agua no hubiera ido a más. Apostó al mismo caballo que Norris, pero el que si acertó fue Carlos Sainz. El madrileño continúa su ascenso en Maranello y ya es sexto por delante de su compañero Charles Leclerc, algo impensable hace un año cuando el monegasco era considerado uno de los valores en alza de la parrilla llamado a suceder al propio Hamilton. Y es que son muchas las veces que se encumbra a un piloto por varias actuaciones puntuales y que, con el paso de los años, se acaban viniendo a menos.

Por cierto, hablando de valores emergentes, nada se sabe aún del último asiento de la parrilla, destinado en un principio a Guan Yu Zhou. El chino sigue asentado en la segunda plaza del campeonato de la F2 pero muy separado del líder Oscar Piastri. El australiano es sabedor que su título este año no le va a servir para dar el salto a la categoría reina, mientras que el chino, y el apoyo millonario que tiene detrás, tienen al alcance de la mano el asiento de Antonio Giovinazzi.

En esta ocasión tenemos que cerrar el billete sin hablar de Fórmula 1. Y es que la pasada noche hemos vivido la victoria del primer español en la Indycar. La gesta de Alex Palou en el certamen americano rompe con un pasado de ausencias que iniciaron pilotos como Fermín Vélez o Oriol Servia. El catalán no se empecinó en seguir la lucha por subirse a un Fórmula 1 cuando vió que no contaba con los apoyos necesarios para alcanzar la meta con la que sueña cualquier piloto europeo. Tras dos años en la Gp3 con Adrián Campos, y uno en las World Series con Teo Martin, fue llamado de nuevo por el de Alcira para subirse a las dos últimas citas de la F2 y acabó en el europeo de F3.

Y fue ahí, donde otros pilotos se enconan por alcanzar algo imposible, donde Palou apostó por irse a Japón, algo que le sirvió de trampolín para acabar el año pasado debutando en la Indycar en un equipo modesto, pero con un podio en su tercera carrera, algo que le dió el pasaporte para saltar a la formación puntera de Chip Ganassi con la que se ha llevado el título esta noche pasada al acabar cuarto en Long Beach.

Hemos dicho muchas veces que el nivel de pilotaje y de tecnología de la Indycar no es el de la Fórmula 1 ni de lejos. Buena muestra son los pilotos ex F1 que ahora consiguen podios en la Indycar y cuando en la F1 1 no fueron más que meros integrantes de la parrilla. Pero no es menos cierto que llegar a un certamen tan particular desde Europa y Japón, y triunfar en la segunda temporada no es fácil, de ahí la gesta del piloto catalán. Si alguno sueña con verlo en algún momento en la F1 como hizo en su día Jacques Villeneuve, sinceramente no creo que esto vaya a ocurrir, pero sí que pienso que tenemos Palou para rato en América. Desde luego, el triunfo de Palou abre una salida a aquellos pilotos que, tras tener que abandonar su camino hacia la F1, solo encuentra cabida en la resistencia. Veremos si no es el último que toma la decisión de hacerse las américas.

@luismanuelreyes

 

 

CLASIFICACION
1.-Lewis Hamilton (Mercedes) 53 - 1:30'41.001 
2.-Max Verstappen (Red Bull/Honda) 53 - 1:31'34.272
3.-Carlos Sainz (Ferrari) 53 - 1:31'43.476
4.-Daniel Ricciardo (McLaren/Mercedes) 53 - 1:31'46.608
5.-Valtteri Bottas (Mercedes) 53 - 1:31'48.534
6.-Fernando Alonso (Alpine/Renault) 53 - 1:32'02.322
7.-Lando Norris (McLaren/Mercedes) 53 - 1:32'08.225
8.-Kimi Räikkönen (Alfa Romeo/Ferrari) 53 - 1:32'09.956
9.-Sergio Pérez (Red Bull/Honda) 53 - 1:32'11.077
10.-George Russell (Williams/Mercedes) 53 - 1:32'21.552
11.-Lance Stroll (Aston Martin/Mercedes) 53 - 1:32'27.199
12.-Sebastian Vettel (Aston Martin/Mercedes) 52 - 1 vuelta
13.-Pierre Gasly (AlphaTauri/Honda) 52 - 1 vuelta
14.-Esteban Ocon (Alpine/Renault) 52 - 1 vuelta
15.-Charles Leclerc (Ferrari) 52 - 1 vuelta
16.-Antonio Giovinazzi (Alfa Romeo/Ferrari) 52 - 1 vuelta
17.-Yuki Tsunoda (AlphaTauri/Honda) 52 - 1 vuelta
18.-Nikita Mazepin (Haas/Ferrari) 51 - 2 vueltas
19.-Nicholas Latifi (Williams/Mercedes) 47  
      Mick Schumacher (Haas/Ferrari) 32 - Retirado

Victoria centenaria